En una esquina del sur de El Bronx se encuentra un pedacito del imperio chocolatero de la familia Cortés, una empresa de cuarta generación que ha cultivado cacao y elaborado chocolate desde 1929, primero en la República Dominicana y luego en Puerto Rico.
“Es uno de los anuncios icónicos que para nosotros representa nuestros valores y nuestro propósito, dice ‘su familia se merece lo mejor, sirva en su casa Chocolate Cortés'”, explicó Carlos Cortés, director ejecutivo de Chocobar. “Como te mencionaba, pues lo que queremos es ofrecerle a las personas la oportunidad de sentarse con sus queridos y compartir esos momentos bonitos”.
La innovación en su menú no radica solo en la autenticidad de los platos, sino en la incorporación de un ingrediente inesperado y delicioso: el chocolate, como el ‘grilled cheese’, aparentemente sencillo, pero que crea una experiencia gustativa que deja a todos queriendo más.
Pero este lugar no es solo un paraíso gastronómico, también sirve como un punto de encuentro cultural ya que en las paredes se plasma la historia de la Borinqueña, una heroína puertorriqueña nacida en Nueva York quien lucha contra el cambio climático y la injusticia social.
“Y esta colaboración que hicimos con Cortés sigue”, dijo Edgardo Miranda-Rodríguez, novelista gráfico. “Hoy en día tenemos un mural afuera del edificio que se dedica a los puertorriqueños que han sido parte de esta ciudad de Nueva York y nuestra superheroína es también una un personaje que se dedica a celebrar a nuestra herencia como puertorriqueños, como latinos, pero también es parte de un movimiento, de un proyecto filantrópico”.
“Y que el arte es un superpoder y acá están en el ChocoBar original del Viejo San Juan, en las calles, bailando bomba, celebrando esa cultura única que tenemos en el Caribe”, agregó Cortés.
Ambos tienen el objetivo de inspirar a los jóvenes de Puerto Rico a través de las artes.
“De apoyar organizaciones sin fines de lucro en Puerto Rico y una parte de la familia Cortés es la Fundación Cortés, una organización sin fines de lucro en Viejo San Juan, que se dedica al desarrollo y la educación de niños en Puerto Rico”, agregó Miranda-Rodríguez.
El ambiente de Chocobar Cortés está íntimamente inspirado en el Viejo San Juan, combinando la calidez del Caribe con la energía de El Bronx.
“Es una celebración de nuestra cultura caribeña, de nuestros sabores, de nuestra música y de nuestros colores. Esa es la idea”, dijo Cortés. “Que tengan una experiencia especial aquí en en esta esquina del sur de El Bronx, que se sientan que están transportados al Caribe”.
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