Cuando sentimos dolor en el pecho, nuestra primera preocupación suele ser un posible ataque cardíaco. Sin embargo, los dolores torácicos tienen múltiples causas, algunas más graves que otras. Por esa razón, es importante saber identificar los diferentes tipos de dolor y actuar en consecuencia para recibir el tratamiento adecuado.
Causas más frecuentes del dolor torácico
Exceso de gases
El exceso de gases, que no está relacionado con problemas cardíacos, es probablemente la causa más común de dolor en la región del pecho. Suele aparecer en personas que padecen de estreñimiento, debido a que la acumulación de gases en los intestinos puede ejercer presión sobre algunos órganos abdominales, creando así un dolor que se irradia hacia el pecho.
Cómo identificarlo: generalmente se trata de un dolor agudo y punzante que desaparece pero vuelve a aparecer constantemente, especialmente cuando nos inclinamos sobre el vientre para recoger algo del suelo, por ejemplo.
Qué hacer: Una buena estrategia es masajear la zona del intestino para ayudar a expulsar los gases, pero también puedes adoptar una posición que facilite la eliminación de los mismos. Además, caminar unos minutos también puede ayudar. En casos más complicados, el médico puede recomendar el uso de medicamentos.
Ansiedad y estrés
La ansiedad y el estrés excesivo provocan un aumento de la tensión muscular en las costillas, así como un aumento del ritmo cardíaco. Esta combinación genera una sensación de dolor torácico, que puede aparecer incluso si la persona no se siente estresada, pero ha tenido una discusión hace unos instantes, por ejemplo. Esto ocurre con mayor frecuencia en personas que sufren de estrés frecuente o del síndrome de pánico y ansiedad.
Cómo identificarlo: generalmente se acompaña de otros síntomas como respiración rápida, sudoración excesiva, ritmo cardíaco acelerado, náuseas e incluso cambios en el tránsito intestinal.
Qué hacer: intenta relajarte en un lugar tranquilo, bebe un té calmante, como la valeriana, o practica una actividad de ocio, como ver una película, jugar a juegos, ir al gimnasio o jardinear.
Infarto
El infarto, aunque es la primera preocupación de las personas que sufren de dolor torácico, suele ser una causa rara, más frecuente en personas con hipertensión arterial no controlada, un nivel de colesterol muy alto, diabetes, mayores de 45 años o fumadores.
Cómo identificarlo: se trata de un dolor más localizado en el lado izquierdo del pecho, en forma de opresión, que no mejora después de 20 minutos y que puede irradiarse hacia uno de los brazos o la mandíbula, provocando una sensación de hormigueo.
Qué hacer: se recomienda acudir a urgencias para realizar exámenes cardíacos, como un electrocardiograma, enzimas cardíacas y una radiografía de pulmón, con el fin de identificar la presencia de un infarto y comenzar el tratamiento lo antes posible.
Dolores musculares
Las lesiones musculares son muy frecuentes en la vida cotidiana, especialmente en quienes van al gimnasio o practican algún deporte. Sin embargo, también pueden ocurrir después de actividades simples como una tos intensa o levantar objetos pesados. Además, en situaciones de estrés o miedo, los músculos también pueden estar muy contraídos, lo que provoca inflamación y dolor.
Cómo identificarlo: se trata de un dolor que puede agravarse al respirar, pero también al girar el torso, por ejemplo, para mirar hacia atrás. Además de aparecer después de situaciones como las mencionadas anteriormente.
Qué hacer: una buena manera de aliviar los dolores musculares es descansar y aplicar compresas calientes en la zona dolorida. También puede ser útil estirar los músculos del pecho, colocando los dos brazos estirados hacia atrás y sujetando las manos.
Reflujo gastroesofágico
Las personas que sufren de reflujo gastroesofágico y no tienen una alimentación adecuada son más propensas a experimentar dolores torácicos frecuentes, ya que están relacionados con la inflamación del esófago que se produce cuando el ácido gástrico alcanza las paredes del órgano. Cuando esto ocurre, además de una quemazón intensa, también es posible sentir dolor en el pecho.
Cómo identificarlo: en la mayoría de los casos, se trata de un dolor en el centro del pecho (en el esternón) que aparece acompañado de una sensación de ardor y dolores en el estómago, pero también puede manifestarse como una leve sensación de opresión en la garganta, que se produce por los espasmos del esófago, de modo que la persona puede presentar dolor en el pecho al tragar.
Qué hacer: tomar un té de manzanilla o jengibre, ya que mejoran la digestión y disminuyen la acidez del estómago, reduciendo así la inflamación del esófago. Además, se puede tomar un antiácido o sales de fruta. Fuera de la crisis, es necesario mantener una alimentación ligera, sin alimentos grasosos o picantes.
Úlcera de estómago
El dolor causado por la presencia de una úlcera de estómago se debe a la inflamación de las paredes del órgano y puede confundirse fácilmente con un dolor cardíaco, debido a la proximidad de los dos órganos.
Cómo identificarlo: se trata de un dolor ubicado en el centro del pecho, pero también puede irradiarse hacia el lado derecho, dependiendo de la localización de la úlcera. Además, es más frecuente después de las comidas y puede ir acompañado de una sensación de estómago lleno, náuseas y vómitos.
Qué hacer: Se debe consultar a un gastroenterólogo en caso de sospecha de úlcera de estómago para establecer el tratamiento adecuado con protectores gástricos, como el omeprazol, y evitar complicaciones como la perforación. Sin embargo, mientras se espera la consulta, se puede aliviar los síntomas con jugo de patata.
Problemas de vesícula biliar
La vesícula biliar es un pequeño órgano ubicado a la derecha del estómago que puede inflamarse debido a la presencia de cálculos o un consumo excesivo de grasas, por ejemplo. Cuando esto ocurre, aparece un dolor en el lado derecho del pecho que puede irradiarse hasta el corazón, asemejándose a un ataque cardíaco.
Cómo identificarlo: afecta principalmente el lado derecho del pecho y se agrava después de comer, especialmente después de consumir alimentos grasos, como comida frita o embutidos.
Qué hacer: evitar comer alimentos grasos y beber mucha agua.
Problemas pulmonares
Antes de ser un síntoma de problemas cardíacos, el dolor torácico es más frecuente en los cambios que se producen en los pulmones, como bronquitis, asma o una infección, por ejemplo. Como una parte del pulmón se encuentra en el tórax y detrás del corazón, este dolor puede percibirse como cardíaco, aunque no lo sea.
Cómo identificarlo: la persona puede presentar dolor torácico al toser o un dolor que se agrava al respirar, especialmente cuando toma una inspiración profunda. También pueden aparecer sensación de falta de aire, respiración sibilante o tos frecuente.
Qué hacer: es necesario consultar a un neumólogo para identificar la causa específica del dolor y establecer el tratamiento adecuado.
Enfermedades cardíacas
Varias enfermedades cardíacas pueden provocar dolores torácicos, como la angina de pecho, las arritmias o el infarto de miocardio, por ejemplo. Sin embargo, también es frecuente que este síntoma se acompañe de otros que lleven al médico a sospechar una enfermedad cardíaca, como fatiga excesiva, dificultad para respirar o palpitaciones.
Cómo identificarlo: se trata de un dolor que no parece ser causado por ninguna de las razones mencionadas anteriormente y que se acompaña de otros síntomas como alteraciones del ritmo cardíaco, palpitaciones, hinchazón generalizada, fatiga excesiva y respiración acelerada.
Qué hacer: es necesario consultar a un cardiólogo para examinar el corazón y determinar si existe alguna alteración que pueda ser la causa del dolor, y establecer el tratamiento adecuado.
Cuándo acudir al médico
Es importante consultar a un médico cuando el dolor torácico tarda más de 20 minutos en calmarse y cuando la persona se siente preocupada por el dolor. Además, otros síntomas pueden indicar que es importante consultar a un médico:
- Mareos
- Sudores fríos
- Vómitos y náuseas
- Dificultad para respirar
- Dolores de cabeza severos
Es fundamental consultar a un médico tan pronto como surja un dolor torácico preocupante, para evitar problemas más grave