Maduro ofreció dejar el poder en dos años y Trump lo rechazó

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Nicolás Maduro llegó a ofrecer dejar el poder tras una transición de dos o tres años, según las conversaciones discretas que Washington reabrió en las últimas semanas, recogidas este martes por el diario ‘The New York Times’. La Casa Blanca rechazó esa propuesta por considerarla inviable, inmiscuida como está en un esfuerzo más amplio para cercar al régimen chavista con presión militar en el Caribe y posibles operaciones encubiertas.

Mientras esas negociaciones avanzaban, Trump autorizó planes de la CIA para operar dentro de Venezuela, algo que ya se avanzó el mes pasado. Son medidas encubiertas pensadas para preparar el terreno antes de cualquier acción militar.

El Pentágono, por su parte, ha identificado instalaciones de narcotráfico que podrían ser atacadas y unidades militares cercanas a Maduro que figuran en los planes de contingencia. El presidente mantuvo la semana pasada dos reuniones en la Sala de Crisis de la Casa Blanca para revisar opciones y afirmó públicamente que no descarta enviar tropas terrestres a Venezuela, en respuesta a una pregunta.

El despliegue militar ya está en marcha. El portaaviones Gerald R. Ford se encuentra en el Caribe acompañado por 15.000 militares, en el mayor movimiento naval estadounidense en la región desde 1962. Bajo el nombre de Operación Lanza del Sur Washington combina presencia militar con un incremento de las operaciones en el mar:EE.UU. ha ejecutado 21 ataques contra embarcaciones que dice que están vinculadas al narcotráfico, con al menos 83 muertos.

Aunque Trump habló de fentanilo como uno de sus objetivos, los mandos militares admitieron en el Congreso en reuniones secretas con legisladores que los barcos transportaban cocaína. Son acciones sin autorización legislativa que han provocado críticas de expertos legales y congresistas demócratas.

A partir del 24 de noviembre, el Departamento de Estado designará al Cartel de los Soles como organización terrorista. Es una designación dirigida a buena parte del aparato de Maduro, creada para aumentar la presión y justificar medidas adicionales. Ese cártel lo conforman, según la fiscalía norteamericana, jerarcas chavistas que se lucran con la venta de cocaína colombiana.

Paralelamente, en las negociaciones discretas Maduro insinuó que podría dar acceso al petróleo venezolano a empresas estadounidenses, una oferta que Trump reconoció públicamente de forma indirecta al admitir que existen conversaciones con Caracas estos pasados días, añadiendo que podría llegar a hablar con el dictador.

Esa estrategia exterior estadounidense tiene un eco directo en España. Washington ha intensificado sus críticas a José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del Gobierno, a quien acusa de actuar como interlocutor útil del chavismo. El subsecretario de Estado Christopher Landau sugirió públicamente retirarle el visado de entrada a EE.UU. y lo hizo con la imagen de un meme de internet llamado «el quitavisas», un gesto habitual en la presión diplomática de la administración Trump.

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Para responsables estadounidenses, Zapatero forma parte de un esquema que preserva intereses de la cúpula chavista incluso en escenarios de sucesión, y su nombre aparece unido al fracaso de múltiples rondas de negociación con objeto de buscar entendimiento con la cúpula venezolana.

La propuesta contra Zapatero ha reabierto tensiones bilaterales. Mientras en España se debate su papel, en Washington se insiste en que el acceso a EE.UU. es un privilegio revocable y no un derecho. La administración Trump ya ha aplicado medidas similares a funcionarios venezolanos, empresarios afines al chavismo, familiares de altos cargos y dirigentes extranjeros considerados aliados de gobiernos adversarios. Este diario no ha podido confirmar si esa advertencia se cumplió.

El lunes, Trump abrió explícitamente la puerta al envío de tropas estadounidenses a Venezuela. En la Casa Blanca, afirmó que «no descarta nada» mientras EE.UU. mantiene en el Caribe uno de los mayores despliegues militares de los últimos años: una docena de buques de guerra, un submarino de ataque, escuadrones aéreos y el portaaviones USS Gerald R. Ford, con más de 4.000 militares a bordo.

«Tenemos que hacernos cargo de Venezuela», dijo, acusando a Maduro de enviar «criminales» y «traficantes» a EE.UU.y sugiriendo que el daño causado «no es solo por la droga». Menos de 24 horas antes, el propio Trump había insinuado que Washington «quizá» estaría dispuesto a hablar con Maduro.

En ese mismo tono, Trump amplió sus advertencias a Colombia y México, a los que vinculó directamente con el narcotráfico. Dijo que estaría «orgulloso» de destruir laboratorios de cocaína en Colombia y que no descartaba ataques en México «para detener las drogas». Aseguró que EE.UU.conoce «cada ruta, cada corredor» y «hasta las direcciones de los capos».

La afirmación sobre enviar tropas se produjo, además, en un momento político delicado para Trump. Ese mismo fin de semana dio un giro completo respecto a la publicación de los archivos de Jeffrey Epstein. Tras meses de oponerse a su divulgación, pidió ahora votar a favor al constatar que una mayoría republicana estaba lista para desobedecerle.



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