Tras un infarto severo que sufrió en 2023, Carlos Toro, de 57 años, estaba a punto de morir.
“Yo me fui manejando hasta el hospital. Cuando llegué al hospital me tomaron una placa, eran como cinco, diez minutos, ya me tenían en la ambulancia mandándome para Manhattan. Cuando llegué a Manhattan, el doctor fue que me estaba revisando que me acuestan, me decían que era emergencia y me comentó que me estaba dando un ataque de corazón”, contó Toro.
Aunque él regularmente iba al médico y se realizaba exámenes, la hipertensión, sumado al colesterol alto y una dosis de estrés, posiblemente provocaron el ataque al corazón, dice la doctora Johanna Contreras, del hospital Mount Sinai. Señala además que tras el infarto, el corazón de Toro se dañó irreversiblemente.
“Lo más importante, cuando la gente tenga síntomas de dolor de pecho, apretamiento en el pecho, son síntomas que no son normales, es ir al médico”, dijo la doctora Johanna Contreras. “¿Por qué? Porque si yo juego en la arteria antes de que se cierre, yo puedo prevenir que el flujo sanguíneo no mate al músculo”.
“Llegó a decirme. ‘Ya no hay nada más para mí'”, agregó la doctora. Le dije ‘no, Carlos, lo único es que está mal de corazón’. El riñón estaba bien, los otros órganos estaban bien. ‘Carlitos, vamos a trabajar con medicinas y si no funcionan, un corazón nuevo'”.
Pero conseguir el corazón nuevo tomó cinco meses y cuatro intentos. Ya listo en el quirófano la operación se canceló.
“Me dijo, ‘Carlos, lo siento, pero no va a pasar’, que me explicando las cosas pasan por algo. Esta vez no va a pasar, que puedo hacer esperar hasta la próxima vez. Ya después de dos meses otra vez entraron, me estaban preparando, afeitando y sacándome sangre. Y a las dos horas antes otra vez entraron y ‘lo siento Carlos, no va a pasar'”, contó Carlos.
La cuarta vez fue la vencida, y la cirugía fue todo un éxito. En los más de cinco meses dentro del hospital, Carlos Toro se ganó el corazón de todos los médicos, enfermeras y hasta otros pacientes.
“Las enfermeras que ni siquiera estaba de turno venían a visitarlo. Yo, por ejemplo, cada vez que lo veía, cada vez que venía le traía colores crayola, marcadores le traía él nos hacía dibuja a todos de verdad se convirtió una alegría de verdad”, agregó la doctora Contreras.
De acuerdo con el centro de control y prevención de enfermedades, unos 700 mil estadounidenses mueren por enfermedades del corazón, sin embargo, el 80% de los casos son prevenibles.
Si tienes hipertensión, colesterol alto, obesidad, trastornos del sueño, apnea del sueño, todos estos trastornos pueden predecir o por exponerte a un infarto cardíaco.
A más de cinco meses con su nuevo corazón, Carlos Toro tiene una mejor calidad de vida, continua cuidadnos sus plantas, peces y ampliando su fuente de agua. Y disfrutando de su nieta.