Santo Domingo. Durante una participación en el reality show dominicano Casa de Alofoke, Capitán Aló compartió experiencias personales que impactaron a sus compañeros y a la audiencia. En una conversación íntima, el participante reveló las circunstancias que han afectado su bienestar psicológico, enfatizando las secuelas de un pasado marcado por la privación de libertad.
En el contexto del programa, sus declaraciones sobre la ansiedad que experimenta destacaron la dimensión humana detrás de la figura pública. Al evocar los 10 años que permaneció privado de libertad, Aló detalló cómo ese período definió su estado emocional actual, generando empatía entre quienes lo escuchaban.

El participante explicó que el tiempo en confinamiento transformó su manera de relacionarse con el mundo exterior. La ausencia de conexiones personales durante esa década creó un vacío que perdura en su vida cotidiana. Reconoció la dificultad que representa gestionar sus emociones y establecer vínculos afectivos debido a las cicatrices emocionales que aún conserva.
Durante el diálogo, Aló expresó cuánto valora las relaciones cercanas, especialmente la que mantiene con su esposa, a quien describió como “la única persona que tengo”. Esta afirmación subrayó la relevancia del apoyo emocional en su proceso de adaptación pospenitenciaria.
El testimonio de Capitán Aló se viralizó en redes sociales, donde usuarios mostraron solidaridad con su situación. Su historia impulsó un debate sobre las complejidades emocionales que enfrentan las personas que han vivido encarcelamientos prolongados, destacando la necesidad de acompañamiento psicológico para una reinserción social efectiva.
Este caso reabre la discusión acerca de la urgencia de contar con estructuras de apoyo sólidas para quienes estuvieron recluidos por largos periodos, cuestionando qué políticas públicas pueden implementarse para garantizar una transición saludable y prevenir la persistencia de trastornos de ansiedad o trauma.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


