“Tiende tu cama” es una frase que muchos escuchamos repetidamente durante nuestra infancia. Para muchos, acomodar las cobijas y sábanas antes de ir a la escuela era un desafío tan grande como escalar una montaña.
Al convertirnos en adultos, esta tarea sigue siendo un reto, pero ahora se ha complicado con la necesidad de lavar las sábanas, cobijas y almohadas. Aunque pocos saben cómo hacerlo correctamente, mantener una cama limpia es crucial para nuestra salud y bienestar.
¿Por qué es importante tener una cama limpia?
Mantener una cama limpia va más allá de la apariencia. Los beneficios para la salud son numerosos y significativos. Según los expertos, una buena higiene en la cama puede mejorar tu salud al eliminar los ácaros del polvo. Estos diminutos arácnidos se alimentan de las células muertas de la piel y prosperan en entornos cálidos y húmedos. Aunque parecen inofensivos, pueden proliferar y desencadenar alergias, asma y otros problemas respiratorios.
Además, la acumulación de polvo y pelos de mascotas puede causar reacciones alérgicas como estornudos, picazón en los ojos y congestión nasal. La transpiración, el sudor y la descamación de la piel también crean un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y hongos en la cama, lo que puede provocar infecciones cutáneas, irritaciones y otros problemas de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la ventilación natural en espacios cerrados para eliminar virus, bacterias y moho. Al mantener limpias tus sábanas y ropa de cama, estás previniendo enfermedades y mejorando tu calidad de vida.
¿Qué pasa con el resto de la ropa de cama?
Las sábanas son la ropa de cama más inmediata al cuerpo humano, por lo que son las más susceptibles a almacenar insectos y otros problemas mencionados anteriormente. Sin embargo, el resto de la ropa de cama también requiere atención.
Edredones
Un edredón debería cambiarse y limpiarse cada 3 a 6 meses, dependiendo de la época del año y la cantidad de uso. Durante los meses más cálidos, es probable que no necesites usarlo tanto, por lo que un intervalo más largo entre limpiezas puede ser adecuado. En los meses fríos, cuando el uso es más constante, es recomendable una limpieza más frecuente.
Fundas de almohadas
Las fundas de almohadas, por otro lado, deben cambiarse cada 2 semanas debido a las mismas razones que las sábanas. Las almohadas en sí también requieren limpieza, aunque con menos frecuencia. Algunos expertos sugieren lavarlas cada 3 a 6 meses, mientras que otros recomiendan hacerlo cada seis meses a un año, dependiendo del material de la almohada.
¿Cada cuánto tiempo es recomendable cambiar las sábanas?
La suciedad en la cama no es para nada buena para tu salud. Sin embargo, no es necesario cambiar las sábanas todos los días. Aunque no hay un consenso definitivo, la mayoría de los expertos recomiendan cambiar las sábanas y fundas de almohadas entre una semana y 10 días. Esto ayuda a mantener tu espacio de sueño limpio y sin riesgos de enfermedades.
Es importante lavar las sábanas con agua tibia o caliente y seguir las recomendaciones del fabricante que se encuentran en las etiquetas. Además, el cuarto siempre debe estar bien ventilado para combatir la humedad y prevenir la aparición de hongos y bacterias.
Consejos para mantener tu cama limpia
Mantener una buena higiene en la cama no solo mejora tu salud, sino que también favorece tu higiene de sueño y tu humor durante el día. Aquí te dejamos algunos consejos adicionales para asegurarte de que tu cama se mantenga lo más limpia posible:
* Ventilación diaria: Abre las ventanas de tu habitación durante al menos 30 minutos al día para permitir que el aire fresco circule y reduzca la humedad, lo cual ayuda a prevenir la aparición de moho y bacterias.
* Uso de protectores: Utiliza protectores de colchón y de almohadas para añadir una capa extra de protección contra los ácaros del polvo, el sudor y otros alérgenos.
* Limpieza de almohadas: Lava tus almohadas cada 3 a 6 meses siguiendo las instrucciones del fabricante. Algunas almohadas pueden lavarse a máquina, mientras que otras pueden requerir limpieza en seco.
* Lavado adecuado: Lava tus sábanas, fundas de almohadas y cobijas con agua tibia o caliente para asegurar una limpieza profunda. Usa detergentes hipoalergénicos si tienes piel sensible o alergias.
* Rotación de colchón: Gira tu colchón cada tres a seis meses para asegurar un desgaste uniforme y prolongar su vida útil.
* Aspirar el colchón: Aspira tu colchón regularmente para eliminar el polvo y los alérgenos que puedan acumularse con el tiempo.
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