La lucha contra el turismo de “borrachera” se extiende por Europa. A ciudades como Málaga se une ahora Praga, que ha decidido prohibir los recorridos nocturnos de bares. Con esta medida, la ciudad trata de atraer a “turistas más cultos” y decir adiós a las miles de despedidas de soltero que se celebran cada día en las calles céntricas.
La principal atracción para los turistas que buscan la fiesta es el bajo precio de su cerveza, que cuesta menos incluso que el agua, según la BBC. A pesar de que esta medida conllevará despedirse de miles de turistas atraídos por estos tours y los bajos precios, la decisión no preocupa a los servicios de restauración de la ciudad, que aseguran que no les afectará. El Ayuntamiento ha informado que los recorridos por los bares de la ciudad estarán prohibidos entre las 22.00 y las 6.00 horas, desde principios de noviembre.
Los vecinos han celebrado la noticia después de meses de noches sin dormir y constantes quejas. Los residentes cercanos a estas zonas de fiesta aseguran que los turistas hacen demasiado ruido y provocan disturbios.
Jiri Pospisil, un teniente de alcalde, ha destacado que la ciudad quiere atraer “a turistas más cultos, de mayor poder adquisitivo y no a personas que solo viajen a emborracharse”.
Praga no es la primera ciudad que intenta evitar a estos turistas problemáticos, Ámsterdam también lanzó una campaña en la que mediante videos publicitarios se mostraba a un grupo de hombres borrachos siendo detenidos por la Policía. El Ayuntamiento de la capital holandesa utilizó esta iniciativa para evitar que los jóvenes viajasen a su ciudad solo para consumir drogas y alcohol.