La UE se niega a quedarse otra vez fuera de las negociaciones de paz de Ucrania

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La Unión Europea ha recibido con cierta contrariedad y como un ‘deja vu’ las noticias sobre un nuevo plan de paz para Ucrania negociado directamente por Estados Unidos y la dictadura rusa. Kaja Kallas, jefa de la diplomacia europea, dejó claro que ningún plan de paz con Ucrania «puede implicar la entrega del país».

Los ministros no dedicaron este jueves mucho tiempo a lo que Kallas definió como «las recientes noticias» en referencia a ese nuevo plan, un campo en el que la UE «no ha cambiado su posición: por supuesto, apoyamos todos los esfuerzos para alcanzar una paz justa y duradera», pero también insisten en que «para que funcione cualquier plan de paz tiene que tener a bordo a los ucranianos y los europeos».

Y en ese ambiente, en el que Hungría ha sido el único país que ha apoyado expresamente la posición del presidente norteamericano, Donald Trump, los demás ministros se han «centrado en lo que podemos hacer nosotros», que según Kallas fundamentalmente consiste en «aumentar la presión sobre Rusia». Es más, tal como explicó Kallas en la rueda de prensa que siguió a la reunión de los ministros, por ahora no perciben que Moscú haya aceptado ninguna concesión. «El pueblo ucraniano muere a diario, su infraestructura es bombardeada cada día y, como saben, se acerca el invierno. Es evidente que ellos son quienes más sufren y desean que este sufrimiento termine cuanto antes».

Sin embargo «la cruda realidad es que ayer [por el miércoles], como consecuencia de los ataques rusos, murieron 26 civiles ucranianos. Rusia ha fingido repetidamente apoyar las negociaciones de paz, pero las conversaciones anteriores fracasaron porque el Kremlin nunca se comprometió con obligaciones reales. Hay que presionar al agresor, no a la víctima. Premiar la agresión solo provocará nuevas agresiones». Es decir, que por ahora «la UE tiene un plan muy claro de dos puntos: primero, debilitar a Rusia. Segundo, apoyar a Ucrania».

Respecto a lo primero, a aumentar la presión sobre Rusia, los europeos van a incidir en seguir cercando a la «flota fantasma» que Rusia utiliza para eludir las barreras a la exportación de petróleo en un vigésimo paquete de sanciones.

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Sanciones europeas

En la reunión de este jueves participó precisamente el responsable del Centro de Inteligencia de la UE (EU Intcen), Daniel Markic, que informó en detalle a los ministros sobre lo que ha podido constatar sobre los efectos reales de las sanciones europeas en la economía rusa. De acuerdo con estos datos, las sanciones habrían logrado reducir sensiblemente la capacidad de Putin para seguir financiando su esfuerzo bélico.

En el segundo campo, en el del apoyo a Ucrania, Kallas reconoció que los ministros hablaron «marginalmente» del problema que representa el compromiso de la UE para garantizar la supervivencia financiera de Ucrania en los próximos dos años. Es decir, que no se entró en la discusión del problema de si se puede o no utilizar para ello los 140.000 millones que constituyen el grueso de los activos rusos congelados por las sanciones. Los jefes de Estado o de Gobierno no llegaron a un acuerdo en octubre, pero se comprometieron a tomar una decisión en el próximo Consejo Europeo previsto el 19 de diciembre.

Por ahora, el principal obstáculo lo plantea Bélgica, ya que esos activos están depositados bajo su jurisdicción y el Gobierno que preside Bart de Wever tiene dudas de que en caso de que Rusia pudiera reclamar ese dinero el país no estaría en condiciones de hacer frente a esa reclamación. La Comisión ha propuesto varias opciones para intentar convencer al Gobierno belga de que, como dijo ayer Kallas, «es más barato mantener la ayuda a Ucrania que tener que hacer frente a una invasión rusa».



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