Knicks y Magic perciben el surgimiento de una rivalidad en la NBA Cup

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LAS VEGAS — Las rivalidades normalmente no se forman únicamente en la temporada regular; para eso suelen ser necesarios enfrentamientos intensos en los playoffs. Sin embargo, el choque entre Knicks y Magic en las semifinales de la NBA Cup tiene todos los ingredientes para ser el inicio de una rivalidad en ciernes.

El partido del sábado en el T-Mobile Arena será el cuarto encuentro entre ambos equipos en apenas 25 jornadas de la temporada. Los Knicks ganaron el más reciente de los tres enfrentamientos y pueden igualar la serie 2-2 con una victoria, que tendría un sabor especial por las implicaciones de eliminación.

Los Knicks y Magic ocupan el segundo y cuarto puesto en la Conferencia Este, respectivamente, separados por solo 2.5 juegos. “Definitivamente saben quiénes somos”, declaró el entrenador Jamahl Mosley de los Magic tras el entrenamiento del viernes. “Y nosotros sabemos quiénes son ellos”.

Paolo Banchero, estrella de los Magic, coincidió: “Es un equipo contra el que ya hemos jugado tres veces. Hay familiaridad mutua”.

Pero lo que realmente está cimentando esta rivalidad es la intensidad de los encuentros. Los Magic hacen gala de un juego físico que dominó a los Knicks en los dos primeros enfrentamientos, aunque estos supieron responder mejor en el tercero. Las lesiones también han marcado la serie: estuvieron ausentes Jalen Brunson y Banchero en el primer duelo, Landry Shamet en el segundo, y Miles McBride y Franz Wagner en el tercero.

“Son muy físicos”, reconoció Brunson. “El entrenador [Jamahl Mosley] se enorgullece de eso. Nosotros tenemos que estar preparados para contrarrestarlo”.

Desmond Bane, por su parte, explicó la filosofía de Orlando: “Del uno al quince, nuestra meta es ser el equipo más físico en ambas canchas cada noche. Cuando ganamos, usualmente es porque logramos eso”.

Esta fisicalidad ha derivado en momentos de tensión. En el último partido, Bane lanzó el balón contra OG Anunoby cuando este estaba en el suelo fuera de los límites. Anunoby respondió con un empujón y un intercambio de palabras, lo que le valió a Bane una técnica y una multa posterior de la liga.

El enfrentamiento representa un choque de estilos: la agresividad física de los Magic contra la habilidad y fineza de los Knicks. Mientras Orlando se percibe como un equipo intimidante, Nueva York debe encontrar el equilibrio entre responder a ese físico y mantener su identidad.

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“Hay muchas formas de combatirlo”, reflexionó Brunson. “Con fisicalidad, pero también con espacio, transición y contraataques. Ellos jugarán su juego, nosotros el nuestro, y cada uno debe hacerlo lo mejor posible”.

Aunque aún no hay una serie de playoffs de por medio —el año pasado fueron los Pistones quienes surgieron como rivales tras una dura primera ronda—, la NBA Cup añade el condimento de la eliminación directa.

“Son dos buenos equipos con aspiraciones grandes en el Este”, señaló Bane. “Cuando un equipo se interpone en tu camino, siempre hay algo extra en juego”.

Más allá del torneo de copa, ambos conjuntos se perfilan como contendientes en los playoffs. Los Knicks tienen expectativas de llegar a las finales, y los Magic podrían convertirse en un obstáculo significativo.

“Son un buen equipo”, admitió Banchero. “Ganamos dos veces, ellos una. Están en lo alto del Este, así que esperamos seguir enfrentándolos”.

Cualquier posible cruce en postemporada deberá esperar, pero el sábado podría elevar significativamente la temperatura entre Knicks y Magic.

**REDACCIÓN FV MEDIOS**