Bogotá, EFE.- Bogotá endurecerá las medidas para afrontar la crisis que padece la ciudad por la sequía, con la imposición de sanciones a quienes despilfarren agua en la capital colombiana, ha anunciado su alcalde, Carlos Fernando Galán.
“Se estableció que quien consuma más del doble del consumo básico de subsistencia, se le puede cobrar más”, ha manifestado Galán en una rueda de prensa, en la que ha precisado que ese consumo básico es de 11 metros cúbicos al mes.
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Ha agregado que “esta medida no incluye” alojamientos que atienden a adultos mayores ni “hogares comunitarios de bienestar”, entre otros.
Las nuevas medidas se suman al racionamiento que empezó el jueves pasado y fue ordenado por la Alcaldía de Bogotá ante los bajos niveles que tienen los embalses que abastecen a la ciudad, debido a la sequía agravada por el fenómeno de El Niño.
A causa de la escasez de lluvias, agravada por El Niño, los embalses del sistema Chingaza, principal proveedor de agua de Bogotá, están en niveles críticos.
“Con corte al 14 de abril, el nivel de los embalses del Sistema Chingaza era de 15,76 %. La meta de abril es llegar a un 20 %”, ha añadido el alcalde.
Galán también ha explicado que el consumo se mantiene por debajo del promedio normal de la ciudad y que el domingo fue de 16,01 metros cúbicos por segundo.
La meta de las autoridades es bajar a 15 metros cúbicos por segundo
Por otra parte, las autoridades también van a “buscar posibles infractores” que despilfarren agua en la ciudad, a quienes les impondrán multas de hasta 700.000 pesos (unos 169 euros) y si son reincidentes de 1,2 millones de pesos (cerca de 290 euros).
“Vamos a empezar a imponer multas por acciones irresponsables que lleven al despilfarro de agua en Bogotá, como el lavado de vehículos (…) en vía pública. También temas que tienen que ver con arrojar desperdicios en cuerpos de agua en la ciudad”, ha detallado Galán.
El Gobierno colombiano ha alertado sobre la necesidad de ahorrar agua en todo el país, ya que la sequía por El Niño ha reducido drásticamente el nivel de los embalses, lo que compromete no solo el abastecimiento de agua, sino también la generación de energía eléctrica, pues la matriz energética colombiana en su mayor parte es hidroeléctrica.