Una biografía sobre Antonio Imbert Barrera, con el apoyo de su viuda, revela detalles inéditos sobre la vida del héroe nacional y su actuación en momentos estelares de la historia dominicana. Fue puesta a circular anoche.
Escrita por José Báez Guerrero, prologada por el historiador Frank Moya Pons y avalada por Giralda Busto viuda Imbert, el libro da a entender que el atentado que casi le cuesta la vida a Imbert Barrera en marzo de 1967 fue organizado por el entonces jefe policial, Ney Tejada Álvarez.
En una visita pocos días después, otro general, Neit Nivar Seijas, se lo confirmó al participante en el ajusticiamiento de Rafael Trujillo. Detrás estaba el hijo del tirano, Ramfis Trujillo.
El entonces presidente, Joaquín Balaguer, se limitó a destituir al alegado organizador de la emboscada en la que Imbert Barrera fue baleado siete veces.
La narración de José Báez Guerrero arranca desde la infancia misma de Imbert Barrera, sus años infantiles en Cuba y describe una serie de ocurrencias que marcaron muy temprano su personalidad. Con lujo de detalles describe el atentado contra Trujillo el 30 de mayo de 1961 y revela la carta que dictó el héroe nacional cuando, escondido en los primeros días de junio del mismo año, no se desprendía de una pistola sabiendo que los sabuesos de la tiranía merodeaban por los alrededores de su refugio.
En su intervención, Frank Rainieri se vale del texto para desvirtuar las críticas más mordaces que se le hicieron a Imbert Barrera, a propósito de la revolución de 1965 cuando encabezó el Gobierno de Reconstrucción Nacional y del golpe de estado contra Juan Bosch que la precedió.
Demuestra con argumentos contundentes que el ajusticiador de Trujillo no participó directamente en el golpe y que asumió la presidencia de la junta cívico-militar bajo la creencia de que ambos bandos estaban de acuerdo en que esa era la vía para una mediación efectiva.
Rainieri, que visitaba a diario a Imbert Barrera en los días posteriores al 25 de abril de 1965 y cuyo padre gestionó el escondite que le salvó la vida, narra que la decisión para conformar la junta fue tomada luego de una visita del nuncio Enmanuelle Clarizio, un hermano de Francisco Caamaño Deñó y un tío de estos, Fernando Infante. Tanto la esposa como la hija se opusieron rotundamente. Uno de los visitantes habituales era el embajador de los Estados Unidos en ese entonces.
Giralda Busto, quien tenía a su cargo las palabras centrales del evento, manifestó su intención en que conozcan al hombre que ella conoció: “Fue un hombre comprometido con la Patria, la cual amó más allá de sus consecuencias”.
En el prólogo del libro, escrito por el historiador Frank Moya Pons, se pone de manifiesto que hacía mucho tiempo que faltaba una obra como esta, que retratara fielmente la personalidad, vida y obra de Antonio Imbert Barrera, aquel hombre singular a quien el destino colocó muchas veces en peligrosas coyunturas de las cuales siempre salió airoso gracias, según él mismo lo creía y confesaba, a los designios de Dios.
“Esta obra narrada cronológicamente desde el nacimiento del niño Antonio, cuya infancia estuvo salpicada de enfermedades y fue marcada por la muerte de varios parientes mayores, entre ellos su padre, quien partió de este mundo, cuando apenas tenía un año de nacido. Pero este libro es también una historia política en la cual el lector podrá seguir fielmente la trayectoria del país hacia la democracia, desde la dictadura de Trujillo hasta el presente”, explicó Moya Pons en su discurso.
De igual manera puntualizó que siguiendo el modelo de la biografía clásica, Báez Guerrero enmarca genealógicamente la temprana vida de Antonio Imbert Barrera dentro de su numerosa familia de origen francés, de la cual recibió los valores morales que adornaron su personalidad hasta el fin de sus días.
““Fue un hombre comprometido con la Patria, la cual amó más allá de sus consecuencias”.”
Moya Pons continúa describiendo que Báez Guerrero dedica más de ochenta páginas, esto es una parte central de su obra a la narración del complot para matar a Trujillo, al evento mismo del ajusticiamiento y a los episodios acaecidos en los días y semanas posteriores. “Cierra esta sección describiendo el asesinato de los héroes del 30 de mayo, por Ramfis Trujillo en la Hacienda María el 18 de noviembre de 1961”.
En el prólogo Moya Pons refiere además que uno de los grandes méritos del autor de esta obra es haber reconstruido lo esencial de la vida pública, política y militar, de Antonio Imbert Barrera a partir de 1961, mientras la sociedad dominicana se esforzaba por construir una democracia, una vida llena de peligros personales que, a pesar de ellos, fue convirtiendo a Imbert Barrera en un personaje central de la política dominicana.
Finalmente, concluye afirmando que esta obra es muchísimo más rica en detalles históricos que lo que ha mencionado hasta ahora. Es tan rica que duda mucho que alguien pueda superarla, aunque sería deseable que algunos de los episodios aquí narrados estimulen a otros investigadores a realizar pesquisas más profundas para ampliar las informaciones con nuevos datos.