Biden y Trump diseñan debate presidencial que consideran clave para triunfar en batalla electoral

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El próximo 27 de junio, Joe Biden Donald Trump se encontrarán cara a cara en Atlanta (Georgia) para protagonizar un debate presidencial que puede definir la campaña electoral rumbo a los comicios del 5 de noviembre.

No hay antecedente en la historia de Estados Unidos que pueda equiparar la tensión política que ya causa la batalla política que protagonizarán el Presidente de los Estados y su inmediato antecesor en los estudios de la CNN.

El candidato del partido Demócrata y su adversario republicano definen un temario que incluirá el valor de la democracia, la situación económica, el peso de la edad para ocupar la Casa Blanca, la guerra en Ucraniala crisis en Medio Oriente, la inmigración indocumentada que llega de México y la ofensiva global de China.

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La línea dialéctica del debate presidencial -al margen de todos los asuntos que se tratarán- tiene un argumento esencial de confrontación: Biden planteará que el triunfo de Trump es una amenaza clara e inminente contra el estado de derecho, mientras que Trump afirmará que la edad de Biden atenta contra su capacidad de liderar a los Estados Unidos.

Con este escenario ya asumido, el presidente describirá los índices más notorios de su programa económico -inflación a la baja, desempleo estable y crecimiento en el PIB-, en tanto que el expresidente argumentará que la economía está en crisis y que su plataforma de gobierno hará que Estados Unidos regrese a su senda de crecimiento constante.

En el comité de campaña oficialista se debate si la valoración de la economía tiene que ser un eje central de la propuesta electoral, además de la reivindicación de la democracia como valor contrastante. O si por el contrario, el uso de la situación económica puede expulsar a los votantes independientes y facilitar las críticas de Trump y sus aliados.

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El debate en el campamento demócrata no se ha saldado, y Biden tomará la decisión política en las próximas horas para llegar con una estrategia definida a la batalla que librará contra Trump. En términos de la histórica campaña que lideró Bill Clinton contra George Bush: es sólo el triunfo de la democracia como argumento electoral cuando había implosionado la Unión Soviética, o es la economía (”estúpido”) que preocupaba a los votantes independientes en 1992.

En este marco discursivo, Biden también aprovechará su tiempo para enviar mensajes directos al electorado afroamericano y a los votantes hispanos. En los comicios de 2020, las bocas de urna aseguraron que Trump había obtenido el 12 por ciento de los votos afroamericanos, en tanto que ahora ese voto que era mayoritariamente demócrata creció hasta el 20 por ciento a favor de los republicanos.

Si esta tendencia se confirmará, Biden achicaría sus márgenes electorales en Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que son estados claves para compensar la ventaja que exhibe Trump en los distritos rurales.

Las últimas encuestas aseguran que Biden y Trump están empatados en el voto latino, que habitualmente ha preferido a los candidatos demócratas. En 2020, por ejemplo, Biden venció en este segmento electoral con un 65 por ciento a favor contra un 32 por ciento que apoyó a Trump.

Tras ganar sus debates presidenciales, JFK y Clinton accedieron a la Casa Blanca.

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