Un bebé de Passos, Minas Gerais, Brasil, falleció mientras esperaba una cirugía programada, un caso que desató un debate sobre la gestión de la salud pública del municipio.
Benjamín, el hijo de Beatriz Lopes, sufría una hernia inguinal, una afección que ya estaba causando complicaciones.
Según familiares, a pesar de la atención brindada por el médico, el niño tuvo que esperar mucho tiempo para el procedimiento.
El médico que supervisaba el caso reconoció la urgencia de la cirugía y añadió a Benjamín a la lista de espera, pero los protocolos internos del Departamento de Salud, como el llamado procedimiento “complementario”, podrían haber retrasado aún más el procedimiento.
El estado de Benjamín empeoró, lo que le ocasionó la muerte. La causa de la muerte figuraba como indeterminada en el certificado de defunción, lo que, según sus familiares, exime a la administración municipal de cualquier responsabilidad por la falta de atención.
Tres días después de la muerte del bebé, la familia recibió un mensaje del Departamento de Salud, en el que se culpó a la madre por el retraso en la cirugía, alegando que no había solicitado prioridad.
El caso plantea interrogantes sobre la eficacia del sistema de salud local y la gestión de las colas de cirugías electivas.
Los expertos afirman que episodios como este ponen de relieve la necesidad de protocolos claros, una monitorización rigurosa y una mayor sensibilidad en el trato con las familias en duelo.
La comunidad y las autoridades siguen a la espera de esclarecimientos y medidas que puedan evitar que casos similares se repitan, mientras que la pérdida de Benjamín deja una profunda huella en la familia y la ciudad.


