La incidencia de la enfermedad de los cálculos renales está en aumento en todo el mundo. Y uno de los principales factores que contribuyen a la formación de estos molestos depósitos minerales es la deshidratación, ya que cuando el cuerpo no recibe suficientes líquidos, se producen una serie de cambios que ponen en riesgo la salud de los riñones y favorecen la aparición de cálculos renales.
Por esa razón, es fundamental comprender cómo la falta de hidratación adecuada puede desencadenar este problema de salud y qué medidas se pueden tomar para prevenirlo.
¿Qué son los cálculos renales?
Los cálculos renales, también conocidos como piedras en los riñones, son depósitos duros de minerales y sales que se acumulan dentro de estos órganos vitales. Pueden variar en tamaño, desde diminutos granos de arena hasta bolas de golf de gran tamaño. Su formación se inicia cuando la concentración de la orina alcanza niveles elevados, lo que provoca que sustancias como el calcio, el oxalato y el ácido úrico se solidifiquen y se agrupen, dando lugar a estos incómodos cálculos.
¿Cómo la deshidratación contribuye a la formación de cálculos renales?
Cuando el cuerpo no recibe suficiente agua, produce menos orina y esta se vuelve más concentrada, porque contiene una mayor cantidad de minerales y sales, lo que aumenta las probabilidades de que se produzca la cristalización y, por lo tanto, la formación de cálculos renales.
Disminución del flujo sanguíneo renal
La deshidratación provoca una reducción del flujo sanguíneo hacia los riñones, lo cual afecta negativamente su capacidad de filtración y eliminación de desechos.
Aumento de la concentración de orina
Al producirse menos orina, los minerales y sales se concentran más, creando un entorno propicio para la cristalización y el desarrollo de cálculos.
Desequilibrio electrolítico
La deshidratación puede provocar un desequilibrio en los niveles de electrolitos como el sodio y el potasio, lo que también puede contribuir a la formación de cálculos renales.
Lesión renal aguda
En casos graves de deshidratación, puede producirse una lesión renal aguda que comprometa aún más la salud de estos órganos.
Signos y síntomas de deshidratación
Algunos de los primeros indicios de que el cuerpo no está recibiendo suficiente agua incluyen:
Estas señales de alerta deben tomarse en serio, ya que la deshidratación aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar cálculos renales, los cuales pueden causar dolor intenso, hematuria (sangre en la orina) y ganas frecuentes de orinar.
Tratamiento de los cálculos renales
El tratamiento de los cálculos renales depende del tamaño y el tipo de estos. En muchos casos, los cálculos más pequeños pueden ser eliminados de forma natural a través de la orina, ayudados por una ingesta abundante de agua y, en ocasiones, con la administración de medicamentos relajantes del uréter.
Cuando los cálculos son demasiado grandes para ser expulsados de manera natural, se requiere de intervención médica. Algunas de las opciones de tratamiento más comunes incluyen:
Litotripsia por ondas de choque extracorpórea (LEOC)
Esta técnica utiliza ondas de choque para fragmentar los cálculos renales en piezas más pequeñas que puedan ser eliminadas a través de la orina.
Ureteroscopia (URS)
En este procedimiento, se introduce un pequeño endoscopio a través de la vejiga y la uretra para localizar y fragmentar o extraer el cálculo renal.
Nefrolitotomía percutánea (NPCT)
Para cálculos renales excesivamente grandes o en ubicaciones de difícil acceso, se realiza una pequeña incisión en la espalda para extraer directamente el cálculo.
Finalmente, mantener una adecuada hidratación, junto con una dieta saludable y controles médicos regulares, son fundamentales para prevenir y reducir el riesgo de desarrollar esta dolorosa afección