Puerto Príncipe, EFE.- El expolicía haitiano Jimmy Cherisier, el líder de bandas armadas más poderoso del país, planteó este viernes al primer ministro, Garry Conille, deponer las armas en procura de entablar un diálogo nacional con miras a recuperar la paz.
“Hemos decidido anunciar públicamente que nuestra estrategia de deponer las armas para facilitar el diálogo nacional y fomentar la paz ya está escrita en blanco y negro en nuestra agenda”, declaró ante los medios Cherisier, alias ‘Barbecue’, quien dirige la coalición de bandas armadas Vivre Ensemble (Vivir Junto).
Con chaqueta roja granate y gafas, fue otro ‘Barbacue’ quien compareció hoy ante la prensa, con un discurso escrito.
También te puede interesar leer:
Elevan a 25 los muertos en enfrentamientos entre la Policía de Haití y las bandas
Un hombre que generalmente se deja ver armado y preparado para el combate, mostró esta vez un tono y gestos diferentes, repitiendo una y otra vez su llamado al diálogo nacional.
“Estamos dispuestos a elegir a un ciudadano haitiano creíble y coherente en la diáspora para facilitar el diálogo con el fin de poner fin a esta guerra mafiosa y facilitar el camino hacia la paz en el país”, insistió ‘Barbecue’.
Demasiadas divisiones, discordias y conflictos entre los actores locales han llevado a la comunidad internacional a buscar a Garry Conille y ponerlo como primer ministro, recordó, denunciando la “mafia política y económica que mantiene secuestrado” al país.
“Queremos la paz porque queremos destruir la guerra. Queremos el diálogo porque queremos la paz. Todos los que no quieren diálogo se sentaron en la guerra”, afirmo el jefe de pandillas de mayor poder en el país.
De acuerdo a ‘Barbecue’, las armas que utilizan sus hombres han sido puestas en sus manos por “personalidades”, que también les han vendido armamento.
El expolicía admitió haber cometido “varios errores” en sus actividades como jefe de pandillas.
“¿Por qué este hombre, el doctor Garry Conille, no va a aprovechar el diálogo nacional para poner fin a la guerra y que la paz vuelva a todo el país?”, se preguntó.
Según Cherisier, el primer ministro debe entender claramente que el diálogo nacional es la única forma de garantizar de que el país no siga el mismo derrotero que ha trillado hasta el momento.
“Solo a través del diálogo nacional podrá el Estado haitiano recuperar el control de los territorios del país, como exige la Constitución vigente”, afirmó Barbecue, quien no dejó de alabar los méritos de Conille.
También afirmó que las bandas armadas deben ser consideradas fuerzas rebeldes no pandillas.
“Centrémonos en la verdadera solución, que es el diálogo nacional, donde cada haitiano, sin discriminación, tiene derecho a hablar. Y eso es lo que no quieren las mafias. No quieren diálogo porque quieren seguir con la guerra”, afirmó, sin identificar a esas “mafias”.
‘Barbacue’ es un poderoso jefe de banda acusado de cometer varias masacres, asesinatos y homicidios en el país. Su nombre ‘Barbecue’ proviene del hecho de que quemaba en un horno a sus adversarios una vez capturados.
El último crimen cometido por el líder de la banda -que él mismo ha reivindicado- fue el asesinato de tres policías de la Unidad de élite Antipandillas (UTAG, en francés) de la Policía Nacional en su bastión de Delmas 18, Sans Fil, el domingo 9 de junio.
El expolicía está al frente de las dos más poderosas coaliciones de bandas armadas en Haití, el G9 y el GPEP.
El febrero pasado, la coalición armada Vivre Ensemble creó una situación de terror en Haití, enfrentándose a la policía, destruyendo e incendiando comisarías y expulsando de sus casas a miles de residentes. El centro de Puerto Príncipe está totalmente destruido debido al terror de las bandas armadas, que dominan gran parte de la capital.
En Puerto Príncipe se encuentran desde hace más de una semana un primer contingente de policías de Kenia, como parte de una avanzada de 1.000 agentes de ese país que, junto a miembros de fuerzas de seguridad de otras naciones, conformarán una misión multinacional para ayudar a las autoridades haitianas a recuperar el control del país.