El 24 de octubre de 1941 marcó un hito en la historia financiera dominicana con la creación del Banco de Reservas de la República Dominicana (Banreservas) mediante la Ley No. 5863. La entidad surgió para dotar al país de una institución bancaria nacional que protegiera el ahorro dominicano, impulsara el crédito local y fortaleciera la soberanía económica.
Hasta entonces, el sistema bancario estaba dominado por instituciones extranjeras. En todo el país operaban apenas doce oficinas bancarias, pertenecientes al National City Bank of New York, The Royal Bank of Canada y The Bank of Nova Scotia.

El 25 de octubre de 1941 se reunió por primera vez su Consejo de Directores y comenzaron las operaciones del que sería conocido como “el banco de todos los dominicanos”.
Banreservas nació con tres objetivos fundamentales: fomentar el ahorro nacional, facilitar el crédito productivo y promover la estabilidad económica. Desde sus primeros años, el banco se convirtió en soporte financiero de proyectos agrícolas, comerciales e industriales.
Su creación representó un paso decisivo hacia la independencia económica del país, en una época cuando las decisiones financieras más importantes se tomaban desde el extranjero.
Con los años, el Banco de Reservas extendió su presencia a las principales provincias del país. En la década de 1960, tras la muerte de Trujillo, la institución experimentó un proceso de reestructuración que la consolidó como eje del sistema bancario nacional.
Posteriormente, incorporó servicios de banca de inversión, seguros, pensiones y soluciones digitales, adaptándose a las nuevas exigencias del mercado.
Actualmente, Banreservas se posiciona como una de las instituciones financieras más sólidas del Caribe. Con más de 80 años de historia, cuenta con cientos de sucursales dentro y fuera del país, lidera la cartera de créditos y activos del sistema financiero nacional, y mantiene una activa presencia en programas de inclusión y responsabilidad social.
Banreservas ha financiado desde grandes infraestructuras estatales hasta proyectos de microcréditos rurales. Durante crisis internacionales, ha servido como estabilizador del mercado financiero. En momentos críticos para el país —huracanes, pandemia o turbulencias globales— ha sido pilar fundamental del aparato productivo dominicano.
Su lema, “El banco de todos los dominicanos”, refleja más que una frase publicitaria: es el símbolo de una entidad que nació para garantizar que los recursos de la nación trabajen por su propio desarrollo.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


