Baños de las instituciones públicas tienen problemas

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En el sector público de la República Dominicana hay un problema higiénico que afecta a una buena parte de las instituciones que dependen del Estado. Se trata de los baños de uso común, que en muchos casos necesitan de una remodelación urgente, por tres motivos principales. El primero, que están obsoletos y rotos. El segundo, que no cumplen estándares sanitarios. El tercero y último, que dan mala imagen.

Los baños públicos son usados cada día por cientos de personas en el país. Sin embargo, en algunas dependencias están mal cuidados. Estos son algunos ejemplos.

La UASD, un problema que viene de lejos

La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) carga con este problema desde hace años. En el campus universitario hay unos baños ubicados en el exterior de los edificios. Estos, desde fuera, parecen decentes. Pero, su estructura, con pintura reciente, no hace justicia a lo que hay dentro.

En el interior, en la zona de los inodoros, la pared se cae a trozos, dejando al descubierto el cemento y una lámina blanca y afilada que puede ser peligrosa. Algunas de esas partes de la pared se encuentran en el suelo, apartadas en un rincón. Los inodoros, por supuesto, no funcionan del todo bien. En algunos se almacenan los residuos y denotan un color amarillento.

Alambres eléctricos sueltos en un baño de la UASD. (EDDY VITTINI)

En una de las paredes, en lugar de un interruptor hay un agujero con dos cables colgando. Uno rojo y el otro negro. Estéticamente, no muy bonito. Funcionalmente, inútil. En términos de seguridad: peligroso. Allí, los estudiantes se preparan para trabajar para conseguir un país mejor.

En los baños de la Policía no impera el orden

El Palacio de la Policía Nacional no se libra de esta mala práctica. Sus baños, aunque no llegan al nivel de desorden de la UASD, también están en mal estado. Sin duda, a una altura inferior a lo que es la institución.

En el de uso común, la zona de los lavamanos está siendo invadida por una suciedad amarilla que se extiende por el mármol, dejando así una muestra de dejadez. A su vez, en una de las esquinas, una pared sucia sirve de apoyo para algunos utensilios de limpieza, como suape y una escobilla.

En la zona de los retretes, es difícil encontrar un soporte de papel higiénico en buen estado. En lugar de eso, cuelgan de la pared, semiabiertos. Digno de un edificio abandonado, pero la Policía no lo está.

El Ministerio de Trabajo no acepta trabajo de remodelación

Uno de los ministerios más importantes del país, Trabajo, tiene uno de los baños de uso público en peor estado.

Al entrar, se puede ver que el mango interior de la puerta está roto y deja un trozo de hierro punzante. Además, está oxidado. Una vez en el interior, a la izquierda, una puerta también oxidada y elevada esconde unos utensilios de limpieza que, en contra de lo que indica su nombre, están sucios.

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Más adelante, una de las llaves, torcida quién sabe por qué, es el inicio de una grieta que recorre la cerámica en forma circular. Parece que intentaron arreglarlo con un apaño. Pero eso no funciona, los apaños no.

Donde acaba un problema, se inicia otro. Así ocurre cuando se entra a uno de los inodoros. Poco sorprende ver que una de las tapas, la que se usa para estar sentado, ha sido retirada. Para un trabajador del Ministerio de Trabajo debe ser difícil hacer sus necesidades con un mínimo de dignidad. 

La Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña empieza a decaer

No todos los baños del sector público están en mal estado. Algunos están bien cuidados. Otros, dejan ver los primeros retazos de decadencia. La Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña es un ejemplo.

Antes de entrar, un cartel azul indica la zona de personas con discapacidad. Sin embargo, algunas partes de la escritura en braille están arrancadas, por lo que una persona ciega no podría leerlo bien. 

Una vez en el interior, si se mira hacia arriba, se puede ver un techo en decadencia y con la ventilación rota.

El Instituto Postal necesita un envío de operarios

El “premio al peor baño” lo tiene el Instituto Postal Dominicano (Inposdom). El color oscuro de las paredes camufla una suciedad que no puede esconder en el resto de las partes del servicio. 

El suelo, en primer lugar, permanece sucio y desgastado. Debajo de las llaves se puede ver el cemento mojado. El mármol, que debería ser de color oscuro, se ve blanquecino y descuidado. Si se necesita limpiarse las manos, se encontrará un aparato torcido, desencajado y sin papel.

Ninguno de los dispensadores tiene papel. Ninguno está en buenas condiciones. Encima de uno de ellos hay un cartel que dice: “Favor echar los papeles en el zafacón”. Sin embargo, está semidestruido.

Baño del Instituto Postal Dominicano. (EDDY VITTINI)

Otra opción para limpiarse las manos es un secador. Parece antiguo y vintage, pero el secreto es que está descuidado y lleno de óxido.

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El sector público de la República Dominicana tiene un problema de óxido, falta de cuidado y limpieza en baños de uso general. Sus instituciones se sustentan con los impuestos de la población. 

Periodista español y escritor. Se graduó en la Universidad de Navarra.



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