Dos semanas después del asesinato del equipo de Al Yazira en Ciudad de Gaza, con el joven Anas Al Sharif como rostro más mediático al frente, Israel volvió a demostrar que la muerte de periodistas no es un error, es una estrategia. Los israelíes … atacaron el hospital Al Nasser de Jan Yunis y mataron a 20 personas, cinco de ellas periodistas palestinos. Al Nasser es el único hospital operativo en el sur de la Franja y esta es la zona a la que los militares piensan enviar por la fuerza al millón de habitantes de Ciudad de Gaza antes de lanzar una invasión que parece imparable pese a la declaración oficial de hambruna.

Cuando les echen de allí, lo único que van a encontrar en el sur serán bombas y más hambre e Israel no quiere testigos y ya ha asesinado al menos a 192 periodistas y trabajadores de medios desde el inicio de la operación, según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Si Anas y su equipo fueron claves para mostrar al mundo la situación invivible en Ciudad de Gaza, Hossam al-Masri (Reuters), Mohammad Salama (Al Yazira), Maryam Abu Daqqa (freelance trabajando para Associated Press y que también colaboraba con organizaciones como Médicos Sin Fronteras), Muath Abu Taha (NBC) y Ahmed Abu Aziz (Quds) trabajaron sin descanso para mostrar el impacto de la hambruna en los más pequeños. Hatem Khaled, fotógrafo de Reuters, también resultó herido en el mismo ataque.
La Foreign Press Association (FPA), asociación que representa a los reporteros trabajando para medios internacionales en Israel y los territorios ocupados, se mostró «indignada y conmocionada» por los asesinatos. «Exigimos una explicación inmediata de las Fuerzas de Defensa de Israel y de la oficina del primer ministro israelí. Exigimos a Israel que ponga fin de una vez por todas a su abominable práctica de atacar a periodistas. Esto ha durado demasiado tiempo», declaró la organización en un comunicado.
Respuesta del ejército
La oficina de Benjamin Netanyahu dijo que «lamentaba lo ocurrido» y su gran aliado, Donald Trump, aseguró que «no estoy contento» con el ataque al hospital. Tres horas después del suceso, el ejército confirmó en un comunicado que disparó contra el hospital y anunció la apertura de una investigación. Como ya ha ocurrido en otras ocasiones, las pesquisas no son independientes y no traerán justicia con las víctimas.
Los cinco fallecidos eran jóvenes reporteros que llevaban 23 meses de trabajo ininterrumpido en condiciones límite. Los israelíes no permiten el acceso de la prensa internacional y son los periodistas locales quienes se han convertido en los ojos del mundo en una Franja en la que están en el punto de mira, tanto ellos como sus familias.
El ejército empleó una táctica de doble ataque contra el hospital. Primero, una bomba contra la cámara fija que tenía Reuters en lo alto del edificio y operaba Al Masri. Cuando los servicios de socorro y los reporteros llegaron al lugar alcanzado para atender a los heridos, se produjo el segundo impacto desde un tanque, el más mortífero. Esta era una táctica habitual empleada por las fuerzas de Bashar Al Assad en la guerra de Siria o por los rusos en Ucrania, primero golpean y después esperan a las ambulancias para causar un mayor baño de sangre en el enemigo.
El Canal 12 de la televisión israelí, citando fuentes militares, indicó que «había una cámara en el tejado del hospital que grababa a nuestras fuerzas y que Hamás estaba utilizando. Las fuerzas recibieron permiso para derribar la cámara con un dron». Agencias como Reuters ofrecen imágenes en vivo de Gaza con este tipo de cámaras desde el 7 de octubre de 2023, esa posición en Al Nasser estaba operativa desde hacía mucho tiempo.
Al Yazira es uno de los medios que más bajas ha sufrido durante la operación de Israel y el Estado judío ha clausurado además sus oficinas en los territorios ocupados. Los responsables de la cadena qatarí señalaron en un comunicado que «a pesar de los incesantes ataques, Al Yazira sigue decidida a brindar cobertura en vivo del genocidio israelí en Gaza durante los últimos 23 meses, mientras las autoridades de ocupación prohíben la entrada a los medios de comunicación internacionales para informar sobre la guerra».
Negociación e invasión
Israel sigue adelante con sus planes de invasión, pero al mismo tiempo habla de mantener abierta la negociación. Hamás aceptó hace una semana una propuesta para una tregua de 60 días y la liberación de 10 rehenes, pero los medios israelíes como N12 aseguraron que esta propuesta «ya no es relevante» porque las futuras negociaciones deben incluir la liberación de todos los cautivos y un alto el fuego «en los términos que determine Israel». Fuentes del estado judío señalaron a este mismo medio que «el diálogo por los rehenes no detendrá la operación sobre Ciudad de Gaza, pero la operación ayudará a acelerar el diálogo».
Las conversaciones indirectas podrían trasladarse de Egipto y Qatar a Emiratos Árabes Unidos, país firmante de los Acuerdos Abraham con el que Israel tiene buena sintonía. La labor de los mediadores se presenta casi imposible porque Netanyahu no ha parado de cambiar de condiciones cada vez que las dos partes han estado cerca de llegar a un acuerdo.


