Dos astronautas que deberían haber regresado a Tierra hace semanas dijeron el miércoles que confían en que la cápsula de Boeing los podrá traer de regreso, pese a los problemas recientes.
Los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams salieron al espacio a inicios de mes en la nueva cápsula Starliner de Boeing, siendo los primeros en usarla. Filtraciones de helio y fallas en los propulsores casi estropearon su acoplo con la Estación Espacial Internacional, y los han mantenido en el espacio mucho más tiempo de lo planeado.
En su primera conferencia de prensa desde el espacio, dijeron que prevén regresar una vez terminen las pruebas de los propulsores en la Tierra. Dijeron que no se quejan por estar más tiempo en el espacio y que disfrutan de poder ayudar a la tripulación de la estación.
“Tengo un buen sentimiento en mi corazón de que la nave espacial nos traerá a casa sin problema”, dijo Williams.
El vuelo de prueba iba a durar ocho días, concluyendo el 14 de junio.
Esta semana, la NASA y Boeing están tratando de replicar los problemas con los propulsores del Starliner en un campo nuevo en Nuevo México, uno de los principales sitios de aterrizaje en el desierto del oeste norteamericano. El problema está en el sistema de propulsión, usado para maniobrar la nave.
Cinco propulsores fallaron cuando la nave se acercaba a la estación espacial el 6 de junio, un día después del despegue. Desde entonces cuatro han sido reactivados. Wilmore dijo que debe haber suficientes propulsores en buen funcionamiento que puedan sacarlos de órbita. Hay además motores más grandes que podrían ser usados en caso necesario.
“Ese mantra que ustedes han escuchado, de que el fracaso no es una opción, esa es la razón por la que estamos aquí ahora”, dijo Wilmore. “Confiamos en que las pruebas que estamos haciendo son las que necesitamos para llegar a las respuestas correctas, para darnos la data que necesitamos parta regresar”.
Boeing y la NASA consideran que las pruebas son esenciales para averiguar qué habrá ocurrido, ya que ese segmento de la cápsula — el módulo de servicios — se desprende antes del aterrizaje. Las filtraciones también están en ese segmento descartable.
La NASA ordenó la fabricación de las cápsulas Starliner y SpaceX Dragon hace una década, para vuelos de astronautas desde y hacia la estación espacial, pagando miles de millones de dólares por ello a las respectivas compañías. El primer “taxi espacial” de SpaceX fue en el 2020. La primera misión tripulada de Boeing fue demorada varias veces debido a problemas con el software y otros.