Miradas entristecedoras y rostros enrojecidos, es la común escena que se vivió este sábado en la Funeraria El Edén, en Santo Domingo Oeste, lugar donde fueron velados los restos de Richard Michel Estrella Arias ultimado por la Policía Nacional la madrugada de este pasado viernes 7 de junio.
Estrella Arias figura como uno de los implicados en el asalto al Banco Popular el pasado 3 de junio y en el cual cargaron con más de 1 millón de pesos.
El joven de 25 años murió en un supuesto intercambio de disparos la madrugada del pasado viernes en una cabaña en la autopista 30 de mayo.
En su velatorio, familiares y amigos del joven, vestidos con colores blanco, negro y gris, velan sus restos en un ambiente cargado de tristeza.
La familia Estrella Arias no solo carga con el sufrimiento de perder a uno de sus seres queridos, también pasan por el terrible momento de ver a dos jóvenes de la familia apresados por el mismo asalto al Banco Popular.
Los restos de Richard Michel Estrella Arias serán conducidos a su última morada este domingo entre las 10:00 y 11:00 de la mañana en el cementerio Cristo Redentor.
Richard es señalado por la Policía Nacional como uno de las cuatro personas que llevaron a cabo el robo al banco el pasado 3 de junio y por el cual también fue ultimado Eduardo Johan Belliard Aybar de 24 años.
Familiares descartaron la versión de la Policía Nacional en la cual murió Estrella Arias y afirman que era un joven bueno y trabajador.
La mañana de este sábado el padre de Richard Michel Estrella Arias, Alberto Estrella mientras aguardaba por los restos de su hijo en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) habló a la prensa y señaló que los Derechos Humanos deben investigar la “ejecución de su hijo”.
Richard Michel era hermano de Jorge Luis Estrella Arias, quien se entregó a la Policía Nacional la tarde del pasado viernes y el cual dijo a la prensa que su hermano (Richard Michel Estrella Arias) lo había convencido de realizar el asalto al Banco Popular de la avenida Luperón el pasado lunes.
Los familiares aseguraron no tener idea de la vinculación de los jóvenes a hechos delictivos y que estos no “tenían necesidad alguna de robar” y que la familia nunca se había visto envuelto en asuntos de esa magnitud.