Este miércoles, un día después de que más de 3.000 buscas de milicianos de la organización chií Hezbolá explotaran simultáneamente en Líbano, fueron los walkie-talkies los que comenzaron a estallar. Si en el primer caso, murieron 12 personas y 2.800 resultaron heridas, en el segundo, ha habido, de momento, 20 muertos y más de 450 heridos.
Estos ataques, presuntamente realizados por el Mossad, el servicio secreto de Israel, han vuelto a disparar el miedo al estallido de una guerra abierta en el Líbano, contra el que Israel ya había intensificado su retórica en los días anteriores, insistiendo en la necesidad de acabar con la presencia de Hizbulá en la frontera. Según algunos analistas podrían ser incluso el prólogo a una ofensiva militar israelí en territorio libanés.
El ataque sobre Hezbolá ha sorprendido por complejo y sofisticado, aunque en realidad no ha tenido nada de quirúrgico. De hecho, ha sido indiscriminado. Pero, ¿cómo ha podido llevarse a cabo? ¿Cómo son los buscas y los walkie talkie que se usaron?
El mismo inventor que el ‘walkie-talkie’
Un busca lleva un mensaje hasta la pequeña pantalla del aparato usando una tecnología por señales de radio. Hoy nos quedan lejos, pero los buscapersonas formaron parte de la vida de muchos españoles especialmente en la década de los noventa del siglo pasado. Fueron muy frecuentes entre el personal sanitario de guardia u otros trabajadores que debían estar localizables.
La idea nació en 1949, obra del inventor estadounidense de origen canadiense Alfred J. Gross. Pensó en un sistema de radio para que ciertas personas pudieran estar siempre localizables y ser avisadas en caso de urgencia. Los mensáfonos utilizaban señales de radio para hacer llegar un mensaje. Antes de inventar el busca Gross había creado el walkie-talkie.
Los buscas siguen funcionando en hospitales españoles
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A España llegaron a principios de los setenta. Ya en los noventa, empresas como Telefónica ofrecían el servicio Mensatel, que enviaba mensajes de busca por cobertura de radio a nivel nacional, pero con la popularización de los teléfonos móviles se fue dejando de usar a comienzos de los 2000 hasta su desaparición. El actual sistema sigue funcionando por radio, en frecuencia UHF. En el hospital, residencia o industria se instala una emisora y una pequeña antena, que puede alcanzar un radio de uno, cinco o diez kilómetros. La gestión depende del personal del lugar donde se ha instalado y el envío y recepción de mensajes, normalmente dentro del edificio, es inmediato. Aún hoy la empresa Buscatel Comunicaciones presta este servicio a unos cien hospitales españoles, algunos con hasta 500 buscas.
Cómo han explotado los buscapersonas
Muchos analistas creen que la respuesta podría estar en cómo consiguió Hezbolá los buscapersonas. Eso daría pistas sobre si los dispositivos fueron manipulados. El mismo martes, el ministro de Telecomunicaciones libanés, Johnny Corn, aseguró que los dispositivos que explotaron formaban parte de un cargamento que llegó “recientemente” al Líbano.
Aunque por el momento no está claro el mecanismo exacto utilizado para las explosiones de los buscapersonas, algunos expertos especulan que el sistema de radio en el que se basan los buscapersonas fue pirateado, posiblemente mediante un código adulterado. Pero las investigaciones iniciales llevadas a cabo por Hezbolá sugieren que en cada dispositivo se colocó de 1 a 3 gramos de tetranitrato de pentaeritritol (PETN), un explosivo más potente que el TNT.
Los busca que explotaron eran nuevos y habían sido adquiridos por Hezbolá en los últimos meses, según declaró a la CNN una fuente de seguridad libanesa.
Según el analista militar y político Elijah Magnier, los aparatos se encontraban en manos de un tercero y permanecieron en un puerto durante tres meses, a la espera de autorizaciones, antes de ser trasladados finalmente al grupo libanés. Hezbolá sospecha que fue durante esos tres meses cuando Israel consiguió colocar explosivos en los aparatos, le ha dicho este analista militar a Al Jazeera.
Las pesquisas llevadas a cabo por Hezbolá hasta el momento demuestran que se colocaron bolas de metal alrededor de las baterías de los buscapersonas, lo que permitió que la fuerza explosiva propulsara fragmentos de metal hacia el exterior. Eso también se habría hecho durante los tres meses en que el cargamento estuvo detenido.
¿Por qué Hezbolá utiliza buscapersonas?
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Hezbolá ha renunciando a dispositivos de alta tecnología para evitar la infiltración de programas espía israelíes y estadounidenses. A principios de año, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, pidió a sus miembros y familiares en el sur de Líbano que se deshicieran de sus teléfonos móviles porque Israel podría rastrear sus movimientos. “Apágalo, entiérralo, mételo en un cofre de hierro y enciérralo”, dijo en febrero. Hezbolá optó por la baja tecnología y recurrió a los buscapersonas. Lo hizo “pensando que serían más seguros para sus combatientes en lugar de los teléfonos, que podían ser localizados por GPS”, declara Avi Melamed, ex funcionario de los servicios de inteligencia israelíes y analista de Oriente Próximo, a CNN.
De Taiwán a Hungría… y Bulgaria
La marca del fabricante taiwanés de buscapersonas Gold Apollo ha sido identificada en los restos de los buscapersonas explosionados, que parecen pertenecer al modelo AR-924 de la empresa. El miércoles, la empresa emitió un comunicado en el que negaba haber fabricado los aparatos de Hezbolá, que en los aparatos sólo aparecía su logotipo.
En su lugar, los dispositivos habían sido fabricados por una empresa de Hungría llamada BAC. El presidente de Gold Apollo, Hsu Ching-kuang, ha declarado a la prensa que su empresa tiene un acuerdo de licencia con BAC desde hace tres años, pero no aportó pruebas del contrato.
“El diseño y la fabricación de los productos corren enteramente a cargo de BAC”, declaró Gold Apollo en un comunicado. “Nosotros sólo proporcionamos la autorización de la marca y no participamos en la fabricación del diseño de este producto”.
BAC no ha hecho comentarios hasta el momento, pero Hungría descarta que BAC haya participado en la fabricación de los busca, informa The New York Times. En un comunicado, el gobierno de Viktor Orbán afirma que “la empresa en cuestión es un intermediario comercial, sin ningún centro de fabricación u operativo en Hungría. Tiene un gerente registrado en su dirección declarada, y los dispositivos en cuestión nunca han estado en Hungría”.
La última pista ha surgido en Bulgaria. Allí, el Gobierno está investigando si una empresa radicada en Sofía participó en la venta a Hezbolá de los buscapersonas, según indicó este jueves el servicio de contraespionaje del país balcánico. DANS, la agencia búlgara de seguridad nacional, ha asegurado en un comunicado que la Agencia Tributaria y el Ministerio del Interior están investigando la participación de esa empresa en el suministro de los equipos a Hizbulá.
Cómo son los busca que han explotado
El AR-924 tiene unas dimensiones de 73 mm x 50 mm x 27 mm y un peso de 95 gramos. Cuenta con una pantalla LCD con una resolución de 146 x 64 píxeles con iluminación LED, espacio para 4 líneas. Su tasa de transmisión de datos es de hasta 2.400 bps, bits por segundo.
Es un busca unidireccional, es decir, recibe mensajes pero no los envía. El AR-924 está equipado con 4 botones con desplazamiento bidireccional y puede almacenar hasta 30 mensajes con una longitud máxima de 100 caracteres cada uno.
Funciona con una batería de litio reemplazable y lleva un conector USB-C para alimentación y conexión con ordenador. El motor de vibración del AR-924 ofrece una duración de hasta 85 días.
Tras los busca, los ‘walkie talkies’
Cuando Hezbolá intentaba superar el impacto de las explosiones de sus buscapersonas, este miércoles fueron los walkie-talkies y otros aparatos electrónicos como teléfonos móviles y ordenadores portátiles los que estallar. Las detonaciones se registraron tanto en Beirut como en el resto del territorio libanés. De momento, han muerto 20 personas y más de 450 han resultado heridas.
Al igual que los buscapersonas, los walkie-talkies llevaban unas nuevas baterías que contenían una pequeña cantidad de explosivo. Se supone que el procedimiento para su manipulación habría sido el mismo.
Los dispositivos que estallaron llevan el logo de la marca japonesa Icom. La empresa ha dicho este jueves que por el momento “no puede confirmar” si sus modelos fueron empleados en las explosiones, según Efe. La compañía apuntó a la posibilidad de que los walkie-talkies en cuestión fueran falsificaciones de sus modelos o aparatos que se dejaron de distribuir hace una década a los que se añadieron baterías modificadas.
Yoshiki Enomoto, director de la empresa con sede en Osaka, explicó que algunas de las imágenes que circulan de los supuestos aparatos de Icom que estallaron el Líbano muestran lo que podrían ser baterías no homologadas y modificadas para explotar.
Los aparatos en cuestión son del modelo IC-V82. Estas son sus características:
- Tamaño: 54 x 139 x 37,5 mm
- Rango de frecuencia: 136-174 MHz
- Canales de almacenamiento: 200
- Alcance: 3-7 km
- Canales de memoria : 2.200 y 10 bancos de memoria
- Potencia de salida: 7W
- Mensaje de datos cortos de 20 caracteres
- Comunicación EMR
- Silenciamiento de código digital
- Función de repetidor automático
- 16 memoria de marcación DTMF
- Capacidad de clonación de PC
Unas 160.000 unidades de este dispositivo fueron producidas y vendidas tanto en Japón como en el extranjero, incluyendo Oriente Medio, entre 2005 y 2014, explicó la empresa. Se dejaron de fabricar hace una década y desde entonces las sedes y filiales en el extranjero de Icom no han sacado al mercado nuevas versiones de los mismos. Icom también dejó de producir y vender las baterías empleadas en esos radiotransmisores portátiles.
Según Enomoto, “no es posible determinar” los canales de distribución de sus productos, o si los empleados en el Líbano eran efectivamente de la firma, sin comprobar sus números de serie.