Cierto grupo de cristianos se quejó de que en los púlpitos no se predica sobre el pecado ni tampoco sobre la necesidad de arrepentimiento, quieren tocar mensajes complacientes que acaricien la relación con sus feligreses y lo cierto es que no hay cristianismo sin cruz, ni victoria sin batalla, ni paz sin ganar la guerra. La paga del pecado es muerte y la dádiva de Dios es vida eterna. La espiritualidad no es suficiente, hay que reconocer que pecamos, y las consecuencias son muchas y graves. Solo Jesús se preocupó y ocupó de resolver esto de una vez por todas con su muerte, él tomó tu pecado y se responsabilizó ante el Padre. Esto no es una historia, se trata de tu futuro eterno, callarlo hoy equivale a gemir eternamente.
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