Arrancó hoy el estudio de la reforma constitucional, al reunirse por primera vez la comisión de senadores y diputados designada para tales fines. Este primer encuentro tiene dos objetivos: trazar una metodología de trabajo y darle entrada al proyecto, leyéndolo por completo antes de abrir los debates.
Al respecto habló Olfanny Méndez, la vicepresidenta de la Cámara de Diputados y miembro de la comisión bicameral, quien tiene buenas expectativas sobre esta primera reunión protocolar y exploratoria.
¿Tienen premura por adelantar el estudio de los puntos de reforma constitucional?, se le preguntó.
“Tenemos premura porque, si nos vamos a abocar a una reforma constitucional, queremos dotar al país con mayor brevedad de lo que necesita para viabilizar todos los trabajos”, respondió.
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Sobre la polémica intención de reducir la matrícula de los diputados, ella favorece lo que más le convenga al país, por lo que, antes de adelantar una opinión, prefiere estudiar mejor lo propuesto en ese sentido.
Otro punto a estudiar será el método D’Hondt, que tiene sus debilidades y fortalezas. En todo caso, “lo que debe primar es el beneficio de la población”, dijo ante la prensa en la Cámara Baja.
Otra voz
Hay voces disidentes y críticas. El diputado Danilo Díaz, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), responsabilizó al presidente Luis Abinader de lo que podría ocurrir si la Asamblea Revisora desbordara la reforma constitucional abarcando otros puntos diferentes a los sometidos por él.
Se mostró preocupado alegando que los cuatro puntos propuestos por Abinader podrían ser ampliados para incluir otros cambios a la Constitución, puesto que la Asamblea Revisora sería soberana y podría introducir otras modificaciones aparte de las ya propuestas.
Así, él duda de la sinceridad del gobernante. Y cuestiona al Gobierno por impulsar la reforma, mientras miles de niños están fuera de las aulas y cuando la mortalidad materno-infantil ha aumentado, y además, en medio de intensos apagones y un subsidio eléctrico enorme.
Para Díaz hay otras “urgencias más grandes” en la vida cotidiana dominicana, que son las que debieran ser priorizadas en la agenda pública, en lugar de hablar de reforma constitucional en estos momentos.