El consumo de té se ha extendido alrededor del mundo, convirtiéndose en una de las bebidas más populares. El té blanco o Camellia sinensis, aunque no es el más conocido, si es uno de los más naturales y fuente de antioxidantes.
La elaboración del té blanco es sencilla y se obtiene una bebida con un tono fresco con importantes aportes de antioxidantes, micronutrientes, polifenoles y biocompuestos que benefician al organismo.
El té blanco se produce a partir de las hojas y los brotes de la planta de té que son retirados cuando la planta es joven, por eso tiene una gran cantidad de propiedades como el té verde y el té negro.
Las investigaciones revelan que el té blanco tiene propiedades antiinflamatorias, estimulantes, antidepresivas, antiaterogénica, antihipertensiva, antimutagénica, antimicrobianas, anticancerígenas, hipolipemiantes, neuroprotectoras y antidiabéticas.
Por la combinación de compuestos y nutrientes se relaciona el consumo de té blanco con la prevención de problemas cardiovasculares. Además del aumento de las defensas que contribuye a mejorar el sistema inmune y tiene un efecto protector de la piel que previene las arrugas, ayuda a recuperar de las quemaduras solares y los daños de los rayos UV en la piel.
Otra de las formas de consumir té blanco es en cápsulas de venta es farmacias y establecimientos especializados en medicina naturopática.
Efectos para el cuidado de la piel: un estudio con animales publicado por el National Library of Medicine (NLM) revela que el té blanco por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes genera un efecto protector “contra las arrugas, las quemaduras solares y los daños de los rayos UV en la piel”.
Ayuda a mejorar la salud cardiovascular: según pruebas realizada in vivo y vitro, el extracto de té blanco (WTE) tiene un efecto positivo en casos del síndrome metabólico, sobre todo en el mejoramiento del metabolismo anormal de los lípidos.
Así puedes preparar el té blanco
La preparación del té banco es similar a la de los tés ya conocidos, solo se requiere 2 cucharadas de té rasas por cada taza de agua.
Se lleva el agua a hervir y al comenzar a burbujear se apaga, se agrega el té, se tapa y se deja reposar durante 5 minutos, se cuela y está listo para disfrutar.
Según las recomendaciones de los especialistas se debe consumir una cantidad de 1,5 a 2,5 g de esta hierba por día o unas 2 a 3 tazas de té diarios para bajar de peso preferiblemente sin azúcar o endulzante y 1 hora antes o después de la comida.
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