En medio de la discusión sobre la nueva reforma fiscal, varios economistas han advertido que las medidas propuestas podrían desincentivar el uso de servicios bancarios y fomentar que las personas prefieran guardar su dinero en efectivo fuera del banco. Estos expertos señalan que el aumento de impuestos a transacciones financieras y los mayores costos de mantenimiento podrían hacer que los bancos sean menos atractivos como opción de ahorro.
Aumento de Impuestos a Transacciones
Uno de los puntos más controversiales de la reforma es la propuesta de un impuesto adicional sobre ciertas transacciones bancarias. De acuerdo con la nueva ley, operaciones como transferencias electrónicas y pagos digitales podrían recibir un gravamen más alto. Para el economista Ramón Herrera, “esto encarecería el uso de los bancos para operaciones diarias, empujando a los usuarios a manejar más efectivo para evitar los cargos”.
Costos de Mantenimiento y Cuentas Dormidas
Además, se contempla la posibilidad de incrementar los cargos por mantenimiento en cuentas de bajo movimiento, una medida que, según los expertos, busca compensar los bancos por posibles pérdidas en otras áreas. Sin embargo, esto podría llevar a que muchos ciudadanos prefieran cerrar sus cuentas para evitar estos cargos. “Si el dinero no crece y además hay que pagar por tenerlo guardado, la opción más lógica para muchos será guardarlo bajo el colchón”, afirma la analista financiera Ana Contreras.
Pérdida de Confianza en el Sistema Financiero
Otro punto de preocupación es la confianza en el sistema financiero. Algunos economistas advierten que estas medidas fiscales, junto con las recientes crisis bancarias internacionales, podrían generar incertidumbre entre los ahorradores. El economista Luis Báez señala: “La reforma parece enfocarse más en la recaudación inmediata que en fortalecer la confianza en los bancos. Esto podría tener el efecto contrario al esperado, alejando a los usuarios del sistema bancario”.
Efectos en la Economía Informal
Por otro lado, algunos especialistas advierten que un menor uso de los servicios bancarios podría fomentar el crecimiento de la economía informal, ya que más personas optarían por manejar efectivo para evitar pagar impuestos y cargos bancarios. Esta situación representaría un desafío para el gobierno en términos de control y recaudación.
Aunque el objetivo de la reforma fiscal es aumentar la recaudación para cubrir las necesidades del Estado, varios expertos coinciden en que las medidas propuestas podrían tener efectos contraproducentes, empujando a las personas a preferir guardar su dinero en casa. De no mediar ajustes en la propuesta, el sistema financiero formal podría enfrentar una reducción significativa en el uso de sus servicios, lo que a su vez impactaría la economía en general.
Esta situación pone en evidencia la necesidad de un equilibrio entre la recaudación fiscal y la confianza de los ciudadanos en el sistema bancario, para evitar que el dinero bajo el colchón vuelva a ser una opción más atractiva para muchos.
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En medio de la discusión sobre la nueva reforma fiscal, varios economistas han advertido que las medidas propuestas podrían desincentivar el uso de servicios bancarios y fomentar que las personas prefieran guardar su dinero en medios alternativos. Estos expertos señalan que el aumento de impuestos a transacciones financieras y los mayores costos de mantenimiento podrían hacer que los bancos sean menos atractivos como opción de ahorro.
Aumento de Impuestos a Transacciones
Uno de los puntos más controversiales de la reforma es la propuesta de un impuesto adicional sobre ciertas transacciones bancarias. De acuerdo con la nueva ley, operaciones como transferencias electrónicas y pagos digitales podrían recibir un gravamen más alto. Para el economista Ramón Herrera, “esto encarecería el uso de los bancos para operaciones diarias, empujando a los usuarios a manejar más efectivo para evitar los cargos”.
Costos de Mantenimiento y Cuentas Dormidas
Además, se contempla la posibilidad de incrementar los cargos por mantenimiento en cuentas de bajo movimiento, una medida que, según los expertos, busca compensar los bancos por posibles pérdidas en otras áreas. Sin embargo, esto podría llevar a que muchos ciudadanos prefieran cerrar sus cuentas para evitar estos cargos. “Si el dinero no crece y además hay que pagar por tenerlo guardado, la opción más lógica para muchos será guardarlo bajo el colchón”, afirma la analista financiera Ana Contreras.
Pérdida de Confianza en el Sistema Financiero
Otro punto de preocupación es la confianza en el sistema financiero. Algunos economistas advierten que estas medidas fiscales, junto con las recientes crisis bancarias internacionales, podrían generar incertidumbre entre los ahorradores. Luis Báez señala: “La reforma parece enfocarse más en la recaudación inmediata que en fortalecer la confianza en los bancos. Esto podría tener el efecto contrario al esperado, alejando a los usuarios del sistema bancario”.
Efectos en la Economía Informal
Por otro lado, algunos especialistas advierten que un menor uso de los servicios bancarios podría fomentar el crecimiento de la economía informal, ya que más personas optarían por manejar efectivo para evitar pagar impuestos y cargos bancarios. Esta situación representaría un desafío para el gobierno en términos de control y recaudación.
Aunque el objetivo de la reforma fiscal es aumentar la recaudación para cubrir las necesidades del Estado, varios expertos coinciden en que las medidas propuestas podrían tener efectos contraproducentes, empujando a las personas a preferir guardar su dinero en casa. De no mediar ajustes en la propuesta, el sistema financiero formal podría enfrentar una reducción significativa en el uso de sus servicios, lo que a su vez impactaría la economía en general.
Esta situación pone en evidencia la necesidad de un equilibrio entre la recaudación fiscal y la confianza de los ciudadanos en el sistema bancario, para evitar que el dinero bajo el colchón vuelva a ser una opción más atractiva para muchos.