Son muchos los temas serios en la agenda nacional e internacional, incluida Venezuela, martirizada nación con un pecado capital: la democracia es demandada con posiciones encontradas. Con todo y que la agenda no da margen para divagaciones, hoy se celebra un día raro: el mal de amores. Fume usted y déjeme el cabo, pues hasta recetas y fórmulas ofrecen para afrontarlo, con la particularidad de que en estos tiempos modernos el mal de amor no se sufre como antes porque imperan los malos modelos de personas y lo material, que desdibujan la noción del amor. Hasta un #Me too campea que ni piropear permite. Eso de un día del mal amor da para reírse, pero algo inocultable es, como lo canta Pimpinela, que “hay amores que matan y cariños que duelen”.