
Alpine mira con confianza hacia su colaboración con Mercedes a partir de 2026, pero al mismo tiempo es consciente de que no existe ninguna garantía de que el fabricante alemán vuelva a ofrecer la unidad de potencia más fuerte de la parrilla. Así lo afirma Steve Nielsen, director general del equipo Alpine F1, en una conversación con Motorsport.com.

Aunque Mercedes disfrutó de una enorme ventaja sobre la competencia durante varios años tras la llegada de los V6 turbo híbridos en 2014, Nielsen cree que esta vez la situación es sustancialmente diferente.
“Mercedes tiene una larga historia en la Fórmula 1 y la última vez que hubo un cambio profundo en la normativa supieron reaccionar de forma extraordinaria. Pero eso no significa que ahora vaya a ser automáticamente igual”, señala Nielsen. “En aquel momento pasamos de motores atmosféricos a híbridos turbo con MGU-K y MGU-H. Fue un cambio gigantesco. Esta vez, la modificación es mucho menos radical”.
Eso no significa que la nueva unidad de potencia de 2026 sea fácil de desarrollar. “La batería será mucho más grande, lo que naturalmente supondrá un desafío para ellos”, reconoce Nielsen. “Estamos convencidos de que hemos elegido al socio adecuado. Pero, ¿si han construido un motor mejor que los demás? No lo sabemos”. Según el responsable de Alpine, nadie en el paddock cuenta hoy con certezas sobre lo que ocurrirá el próximo año. “Nunca faltan rumores sobre quién tiene lo mejor de esto o lo otro, pero la realidad es que nadie lo sabe. Nadie”.
“Para nosotros no es diferente”, continúa. “Tenemos el coche de 2026 en el túnel de viento desde enero. Creemos que estamos en una buena posición, pero al final todo depende de dónde estés en comparación con los otros. Puedes pensar que vas por el buen camino, pero solo lo confirmas cuando llevas el coche a pista, sacas el cronómetro y comparas los tiempos con los del resto. Hasta que llegue ese momento, solo puedes trabajar lo más duro posible y producir un coche que tenga tanto rendimiento como sea posible: potencia, carga aerodinámica y fiabilidad. Después, toca esperar”.
El cambio a ser un equipo cliente no supone un proceso de diseño drásticamente distinto, según Nielsen. Donde hace décadas los motores presentaban grandes diferencias físicas entre sí, las unidades de potencia actuales son mucho más homogéneas en tamaño y distribución. “Los sistemas de refrigeración y las conexiones cambian, pero no es como si de repente tuviéramos que lidiar con algo completamente desconocido. Además, nuestros ingenieros tienen la información básica de Mercedes desde hace casi un año. Llevamos meses trabajando juntos. No es que nos hayan contado todo la semana pasada”.
Por ello, Nielsen no espera problemas a la hora de integrar la nueva unidad de potencia. “Es complejo, pero se hace a lo largo de un periodo prolongado y con mucha gente implicada. A nivel físico, debería encajar en el coche sin grandes inconvenientes”.
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