Redacción. ― Según las investigaciones de un estudio reciente, la genética de una chica puede influir indirectamente en la edad en que tiene su primera menstruación, al acelerar su aumento de peso en la niñez.
Las niñas suelen entrar en la pubertad entre los 10 y los 15 años de edad, pero esto se ha ido adelantando cada vez más en las últimas décadas.
En el estudio, los investigadores encontraron que el 45% de las variantes genéticas que afectan a la pubertad lo hacen indirectamente al acrecentar el aumento de peso en las jóvenes.
Más de 1,000 variantes genéticas están vinculadas a la edad de la primera menstruación de una niña, descubrieron los investigadores al analizar los genes de unas 800,000 mujeres. Alrededor de 600 de estas variantes se observaron por primera vez en este estudio.
La pubertad precoz se vincula con un mayor riesgo de muchas enfermedades más adelante en la vida, como la diabetes tipo 2, la enfermedad cardiaca y ciertos tipos de cáncer, señalaron los investigadores en las notas de respaldo. Por otro lado, la pubertad tardía se ha relacionado con una mejor salud adulta y una mayor esperanza de vida.
Por ejemplo, una variante en el gen ZNF483 puede hacer que las mujeres experimenten la pubertad un promedio de uno a tres años después. Alrededor de una de cada 3,800 mujeres son portadoras de esta variante, señalaron los investigadores.
El equipo también creó una puntuación genética que podría predecir si una niña era propensa a llegar a la pubertad muy temprano o muy tarde.
Las niñas con el 1% más alto de esta puntuación genética tenían 11 veces más probabilidades de alcanzar la pubertad después de los 15 años, lo que los investigadores describieron como extremadamente retrasado.
Del mismo modo, las niñas con la puntuación genética más baja del 1% tenían 14 veces más probabilidades de tener una pubertad extremadamente temprana antes de los 10 años.
«En el futuro, quizá podamos usar estas puntuaciones genéticas en la clínica para identificar a las chicas cuya pubertad llegará muy temprano o muy tarde», señaló en un comunicado de prensa el investigador principal, Ken Ong, investigador de la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica de la Universidad de Cambridge.