Los últimos movimientos que se están haciendo en la guerra que desde hace más de 1.000 días libran Ucrania y Rusia han provocado que varias potencias europeas estén poniendo sobre aviso a sus respectivas poblaciones, dotándoles de herramientas e instrucciones sobre cómo actuar en caso de que deban enfrentarse a un conflicto bélico.
Que ante situaciones de estas características sea necesario huir de alarmismos no quiere decir que la posibilidad de que se produzca una escalada en el conflicto no sea real. Desde el estallido de la guerra en Ucrania, Occidente se ha volcado con el país que preside Volodímir Zelenski y le ha brindado ayuda tanto económica con militar. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha advertido constantemente de las consecuencias que pueden desencadenarse de este apoyo a Ucrania.
No obstante, la tensión ha crecido de manera importante tanto desde que Corea del Sur informó a Europa y Estados Unidos de que su vecino del norte estaba enviando soldados a combatir para Rusia como desde que esta semana Ucrania atacase territorio ruso con misiles de largo alcance estadounidenses por primera vez desde el estallido del conflicto, previa autorización de la Administración de Joe Biden.
El giro que esta semana ha dado Putin a su doctrina nuclear, que permite responder con armas de estas características a un ataque convencional contra Rusia, así como el lanzamiento de un misil balístico intercontinental este jueves contra la ciudad ucraniana de Dnipró, también han contribuido a aumentar las hostilidades.
Con todo, los países que más medidas están tomando son aquellos más cercanos a la zona de conflicto. Los nórdicos están actualizando sus guías de acción para la protección civil, Alemania ha reforzado la preparación de las empresas, y Polonia y los países bálticos llevan ya bastante tiempo planteando un posible escenario bélico.
También España está preparando el primer plan nacional de protección civil específico para afrontar el “riesgo bélico”, ante la posibilidad de que una guerra afecte a territorio español, según ha podido saber 20minutos de fuentes del Ministerio del Interior.
Los países nórdicos actualizan sus guías
Suecia, Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia cuentan desde hace años con diferentes guías que aleccionan a la población ante diversas crisis o conflictos. En el caso de Suecia, la compartió con sus habitantes por primera vez en 30 años en 2018, y hace apenas unos días la ha actualizado dada la coyuntura.
Recibe el nombre de Om kriget kommer (Si llega la guerra) y ahora se han añadido nuevos métodos de alarmas de aviso a la población o consejos sobre cómo protegerse en Internet y contra la desinformación, aspectos a tener en cuenta en el estallido de cualquier conflicto en la época presente.
Las autoridades suecas recomiendan almacenar en sus casas alimentos de larga duración, agua, medicinas y otros utensilios para al menos una semana. La nueva versión incide también en otros aspectos: cómo mantener la calma en situaciones de emergencia, cómo tratar el tema con los niños, cómo parar una hemorragia o consejos para animales domésticos.
También han publicado esa semana una guía parecida las autoridades de Finlandia: Preparación para emergencias y crisis. El folleto forma parte de la estrategia lanzada por el Gobierno finlandés en 2022 para mejorar la resiliencia del país frente a eventos de gran impacto social tras la invasión rusa de Ucrania.
Estos eventos incluyen cortes prolongados de agua y electricidad, interrupciones de las telecomunicaciones, fenómenos meteorológicos extremos, accidentes graves y crisis a más largo plazo, como una pandemia o un conflicto militar. Además de instrucciones la guía contiene información sobre actividades híbridas y de influencia informativa y explica cómo mantener la propia capacidad para actuar y cómo ayudar a los demás.
Dinamarca y Noruega también han enviado a los hogares o publicado en sus portales oficiales documentos semejantes, aludiendo al aumento de la amenaza. En el caso de Noruega, a finales de octubre se actualizaron las recomendaciones genéricas, aconsejando a los ciudadanos que se aprovisionasen con productos básicos para hasta al menos una semana.
Por su parte, el Gobierno danés envió a principios de septiembre un folleto digital bautizado Preparados para las crisis, con recomendaciones para que sus ciudadanos se abastezcan de productos esenciales para tres días. Entre los consejos de las autoridades se mencionan tener un mínimo de tres litros de agua por persona y día, alimentos no perecederos, botiquín de primeros auxilios, productos de higiene y tabletas de yodo.
Los países bálticos, en alerta desde 2014
Por cercanía (limitan geográficamente con Rusia y Bielorrusia), Letonia, Estonia y Lituania son los países que más atentos están a cualquier movimiento de Vladímir Putin. De hecho, las antiguas repúblicas soviéticas intensificaron sus recomendaciones a la población después de que Rusia se anexionase la península de Crimea en 2014.
Lituania fue el primero en hablar abiertamente de la invasión de un país hostil en un folleto actualizado en 2016 y ahora tiene consejos sobre situaciones de emergencia en las que hace referencia a suministros de alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad que deben estar disponibles en caso de emergencia o guerra. El mismo procedimiento siguen Estonia y Letonia, que también han actualizado sus guías en las últimas semanas.
En este contexto, los tres países bálticos ya firmaron en enero de este año un acuerdo para crear una línea de defensa conjunta de cara a reforzar la frontera que comparten con Rusia y Bielorrusia.
Alemania prepara a sus empresas
Este miércoles, el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung informó de que Alemania ha intensificado los preparativos para garantizar la defensa y la resiliencia nacional ante la amenaza de un conflicto bélico que pueda afectar al país.
En un documento de más de 1.000 páginas el Gobierno enumera infraestructuras que requieren protección prioritaria por razones militares y detalla protocolos de actuación en caso de defensa o tensión. Este último concepto, definido como una etapa previa a un conflicto armado, prevé respuestas de disuasión ante posibles movimientos de Rusia.
En caso de que estas tensiones escalen, Alemania podría convertirse en un núcleo logístico para el transporte de decenas o incluso cientos de miles de soldados aliados, junto con equipos bélicos, alimentos y medicamentos. Pero el plan no solo involucra a las autoridades y a la Bundeswehr (las fuerzas armadas alemanas), sino que también asigna un rol fundamental a las empresas.
En un evento organizado esta semana en la Cámara de Comercio de Hamburgo, Jörn Plischke, teniente coronel y jefe del comando regional de la Bundeswehr en la ciudad, destacó la importancia de preparar a las compañías para escenarios de crisis. Entre sus recomendaciones, instó a las empresas a formar a camioneros adicionales, dado que el 70% de los camiones en Alemania son conducidos por trabajadores del este de Europa, quienes podrían no estar disponibles en caso de una guerra.
Además, Plischke apuntó a la necesidad de que las empresas elaboren planes específicos sobre las tareas que cada empleado deberá desempeñar en situaciones de emergencia. También sugirió adoptar medidas de autosuficiencia energética, como la instalación de generadores diésel o turbinas eólicas, para garantizar la continuidad operativa en caso de cortes de suministro.
Además de todo esto, cabe destacar que en junio el Gobierno germano presentó un plan para reintroducir el servicio militar, suspendido en el país hace 13 años y que volvería a establecerse, en un principio, de manera voluntaria. A principios de noviembre, el Consejo de Ministros de Alemania dio luz verde a la medida.
Polonia, en “alerta máxima”
Después de que el Kremlin amenazase esta semana con atacar una base estadounidense recién inaugurada en la localidad polaca Redzikowo, el Comando Operacional de las Fuerzas Armadas de Polonia emitió este jueves un comunicado en el que informó de la activación de “todas las fuerzas y recursos” disponibles, incluyendo “cazas de combate, sistemas de defensa aérea, terrestre y de reconocimiento por radar“, que han pasado al “estado de alerta máxima”.
En cualquier caso, Polonia lleva meses preparando a su población para la guerra. Ya en diciembre de 2022, cuando habían transcurrido 10 meses del conflicto en Ucrania, el Ejército polaco planeaba convocar a unos 200.000 civiles para que en 2023 recibiesen instrucción en sus cuarteles.
Asimismo, en marzo de 2024 el Gobierno polaco puso en marcha un plan de protección a la población civil en caso de guerra, con la construcción de cientos de refugios subterráneos, el reacondicionamiento de los ya existentes y el adiestramiento militar de la ciudadanía.
Además, anunció una futura Ley de Protección Civil que potenciará la preparación de los cuerpos de seguridad en un contexto bélico y que, en coordinación con el Ejército, proporcionarán cursos de entrenamiento militar y de supervivencia a los civiles que lo deseen.