Dirigentes comunitarios de La Ciénaga, Los Guandules, 27 de Febrero y Guachupita, advirtieron que las cañadas volvieron a ser lugares para verter basura debido a que a las fundaciones comunitarias que se encargan de recogerlas se les ha limitado la recolección.
Indicaron que es un retroceso que los barrios vuelvan a tener tanta basura como ocurre en la actualidad. René Antonio Gil, dirigente comunitario y de los derechos humanos de Guachupita, explicó que antes la Alcaldía permitía recolección de 60 y 70 toneladas diarias de basura en ese sector, pero que ahora la cuota ha bajado.
“Ahora el ayuntamiento solo le permite recoger alrededor de 30 a 40 toneladas, la restante queda en el barrio. Nosotros les hacemos un llamado a la alcaldesa, Carolina Mejía, de que por lo menos se regule la situación, nosotros vivimos en una parte alta y la mayoría de estos sectores conectan con la cañada Bonavide y los moradores, cuando no le recogen la basura, algunos la tiran a la cañada que luego llega al río Ozama”, indicó el dirigente comunitario.
Dijo que las autoridades deben tomar en cuenta la temporada ciclónica y que “la cantidad de basura que queda lo que puede causar es epidemias como dengue, leptospirosis y eso es lo que nos preocupa como dirigentes comunitarios”.
En un recorrido de Diario Libre por los barrios 27 de febrero, La Ciénaga, Los Guandules y Guachupita, se observó algunos vertederos improvisados, pero un gran cúmulo de plásticos y otros residuos debajo de la cañada Bonavide, próximo al río Ozama.
Jorge Hernández, presidente de la Junta de Vecinos “El Dique Norte”, informó que también la gente está lanzando la basura a la cañada en el barrio Los Guandules, por lo que demandó que se eficientice la recogida para evitar problemas cada vez que llueve.
“Al tirar la basura a la cañada se provoca inundaciones, las inundaciones, a veces, provocan hasta muertes y si llueve mucho y las cañadas se desbordan entran a las casas y los niños y los demás se ponen en peligro, una cosa es lo que creen allá arriba y otra cosa lo que ocurre aquí abajo”, dijo Hernández.
Explicó que al los camiones no pasar, mucha gente tira la basura en los imbornales y cañadas que van a parar al río. Indicó que ha habido que romper parte de las estructuras que cubren las cañadas porque se taponan, no dejan correr las aguas que se devuelven a las viviendas.
Alejandro Madé, coordinador de la Fundación Maria Trinidad Sánchez, de Los Guandules, informó que mucha gente no colabora para que no se perjudiquen los moradores. “Esas cañadas se represan por la basura y producen inundaciones, por lo que nosotros pedimos la pronta intervención del ayuntamiento”.
Manifestó que en la zona donde vive se está acumulando mucha basura que se convierte en un problema cuando llueve.
Desde hace 25 y 30 años, la recogida de los residuos sólidos en los barrios Los Guandules, La Ciénana, Guachupita y 27 de febrero es responsabilidad de cuatro fundaciones constituidas en empresa comunitarias que se encargan de la higiene de esos sectores.
Las Fundaciones de Desarrollo y Medioambiente La Puya (Fundemapu), de Saneamiento Ambiental Comunitario (Funsaco), de Saneamiento Ambiental de la Zurza (Fundsazurza) y Comunitaria de Saneamiento Ambiental de Los Guandules, La Ciénaga, Guachupita y 27 de Febrero (Fucosagucigua 27) y la Entidad de Saneamiento Comunitario de Basura (Escoba), recogen al mes alrededor de 11,634 toneladas.
Sin embargo, desde hace un tiempo supuestamente la Alcaldía le redujo el vertido en la estación de transferencia de Villa Agrícolas a la mitad, por lo que los residuos que no son llevado a ese lugar, se quedan en los barrios.
Al preguntarle a la Alcaldía sobre la situación, la respuesta fue la siguiente: “El servicio de recogida de desechos es un servicio tercerizado, estamos dándole seguimiento estricto a las prestadoras de servicios y sancionaremos a quienes no cumplan, precisamente hace ya varias semanas hemos reforzado el servicio de recogida con 20 camiones en la circunscripción 3”.
Mientras tanto en la estación de transferencia ubicada en el sector de Villas Agrícolas, habían largas filas de camiones de las fundaciones y de otras empresas, mientras las volquetas transportaban los residuos al vertedero de Duquesa.
