Tres hermanas de Alabama están acusadas de intentar contratar a una mujer para que inyectara a uno de sus yernos una dosis letal de heroína, aunque tampoco les importaba si lo apuñalaba o le disparaba, mientras el trabajo estuviera hecho.
Mitzy Gaye Smith, de 54 años, Judy Owen, de 61, y Sandra Grimes, de 57, enfrentan cargos federales de conspiración para cometer asesinato por encargo, conspiración para transferir un arma de fuego para usarla en un delito violento, y uso de instalaciones de comercio interestatal para cometer asesinato con fines de lucro.
El complot salió a la luz cuando una mujer identificada como Rebecca Murphy se presentó ante el FBI y dijo que su vecina, Smith, así como sus hermanas, querían que muriera el yerno de Grimes, según documentos judiciales.
La informante declaró que Grimes le dijo que su yerno había agredido a su hija y a sus nietos, además de haberla drogado obligándola a tener relaciones sexuales con otras personas.
Grimes supuestamente condujo junto con Owen a Louisiana para mostrarle a la posible asesina la casa de su objetivo, pasando por el lugar varias veces.
Ambas hermanas le dijeron a la mujer que su objetivo era un consumidor de drogas y querían que ella le inyectara una dosis letal de heroína. También dijeron que no les importaba si ella tenía que cortarle el cuello, “siempre y cuando hiciera el trabajo”.
Además, señalaron que ya le habían pagado a un hombre 10,000 dólares por el asesinato, pero él se escapó con el dinero, según el testimonio brindado por Murphy.
La mujer estuvo de acuerdo con el plan, pero exigió más dinero, según documentos judiciales. Owen le dio 350 dólares en efectivo por la heroína.
“Lo apuñalas en el corazón”
En un segundo viaje a Louisiana, Owen supuestamente quería que la mujer asesinara al objetivo frente a un juzgado donde él y la hija de Grimes tenían una audiencia sobre cuestiones de custodia infantil.
Pero Murphy rechazó la solicitud, argumentando que era de día y que había demasiadas cámaras. Después de ese viaje, Smith le entregó a la mujer una caja con adornos navideños, que en el fondo contenía una pistola con un número de serie borrado y un cargador con tres balas.
Cuando recibió el arma, Murphy “supo que las hermanas hablaban en serio”, detallan los documentos judiciales.
Usando nombres falsos, Grimes y la posible asesina intercambiaron mensajes de texto sobre el plan. “Lo apuñalas en el corazón en la puerta, o le disparas en el corazón o en la cara”, escribió Grimes en uno de los mensajes en marzo pasado.
Finalmente, Murphy decidió que no podía seguir adelante cuando una de las hermanas dijo que no le importaba si el hombre moría delante de sus hijos, según reveló la agente especial del FBI Jennifer Whitehurst.
En el interrogatorio a Murphy, ella aseguró que no presentó sus acusaciones antes porque “sentía que su vida estaba en peligro”.
Dom Soto, abogado de Smith, le dijo a WPMI, afiliada de NBC en Mobile, Alabama, que cuestiona la credibilidad de la informante del FBI, quien, según dijo, era una consumidora de drogas con al menos cinco condenas por delitos graves.
“Hay tres hermanas que están unidas por las acusaciones hechas por una persona que tiene muchos antecedentes penales. No confiaría en lo que diga la señora Murphy sobre nada de esto”, agregó.
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