Un grupo de extrema izquierda y pro-palestino, presuntamente detrás de un frustrado plan para atentar con bombas en la víspera de Año Nuevo en el sur de California, publicaba activamente en línea llamados a protestar en una sinagoga de Los Ángeles días antes de que el FBI interviniera, según registros judiciales federales y publicaciones en redes sociales.
El presunto grupo extremista, identificado por los fiscales como Turtle Island Liberation Front (Frente de Liberación de la Isla Tortuga), usó redes sociales el 2 de diciembre para promover una protesta en el Wilshire Boulevard Temple en Koreatown, instando a sus seguidores a usar máscaras, ‘llevar BLOC’ y confrontar lo que llamó ‘monstruos genocidas’.

Una publicación acusaba a la contratista de defensa israelí Elbit Systems de planear ‘instalar su IA en el vecindario de Koreatown de Los Ángeles’, declarando ‘NO PODEMOS PERMITIR ESTO’ y llamando a los activistas a unirse a una protesta al día siguiente. La publicación estaba firmada por el Turtle Island Liberation Front, el mismo grupo que los fiscales federales vincularon posteriormente con una presunta conspiración coordinada para realizar atentados con bombas.
El 3 de diciembre, manifestantes pro-palestinos interrumpieron un evento privado en el Wilshire Boulevard Temple. Videos mostraban a manifestantes enmascarados gritando fuera de la histórica sinagoga, y al menos un video parecía mostrar a manifestantes dentro del edificio filmando y gritando.
Las autoridades del templo describieron el incidente como un acto de odio dirigido. ‘Hoy vimos un inquietante brote de odio fuera del Wilshire Boulevard Temple que resultó en arrestos por agresión y destrucción de propiedad’, dijo en ese momento el rabino principal Joel Nickerson, añadiendo que los manifestantes ‘se dirigieron a la comunidad judía’.
La alcaldesa Karen Bass dijo que recibió informes de que los manifestantes dañaron propiedad dentro del templo y usaron insultos antisemitas. ‘Este comportamiento es aborrecible y no tiene lugar en Los Ángeles’, afirmó Bass, anunciando un aumento de las patrullas policiales cerca de las casas de culto.
Menos de diez días después, agentes federales arrestaron a cuatro presuntos miembros del Turtle Island Liberation Front —Audrey Illeene Carroll, Zachary Aaron Page, Dante Gaffield y Tina Lai— en el desierto de Mojave, acusándolos de conspiración y posesión de un dispositivo destructivo no registrado.
Según declaraciones juradas federales, Carroll es miembro de TILF, un grupo extremista que promueve una ideología anticapitalista y antigobierno y ha usado redes sociales para abogar por la violencia contra funcionarios estadounidenses. El término ‘Isla Tortuga’ es usado por algunos nativos americanos para describir América del Norte.
A finales de noviembre de 2025, Carroll presuntamente compartió un documento manuscrito de ocho páginas titulado ‘Operación Sol de Medianoche’, que delineaba un plan para detonar dispositivos explosivos improvisados tipo mochila en cinco o más lugares vinculados a dos empresas estadounidenses en la región de Los Ángeles a la medianoche de la víspera de Año Nuevo.
El plan describía ‘bombas de tubería complejas’, incluía instrucciones para fabricar bombas y detallaba pasos para evitar dejar evidencia rastreable. Carroll presuntamente reconoció que el complot sería considerado un acto terrorista.
Los fiscales indican que Carroll y Page reclutaron a otros conspiradores, incluidos Gaffield y Lai, y tomaron medidas concretas para llevar a cabo el ataque —adquiriendo materiales para fabricar bombas y viajando a un área remota del desierto de Mojave el 12 de diciembre para ensamblar y probar explosivos. Los agentes del FBI intervinieron antes de que se completara un dispositivo funcional.
Según el Departamento de Justicia, los dos acusados que ya han tenido audiencias de detención —Page y Gaffield— recibieron orden de prisión preventiva sin fianza.
Las declaraciones juradas federales alegan que el grupo usó aplicaciones de mensajería cifrada, teléfonos desechables, disfraces y pruebas en el desierto para preparar dispositivos explosivos, mientras simultáneamente promovía actividad de protesta en Los Ángeles.
De ser declarados culpables, los acusados enfrentan hasta cinco años de prisión federal por el cargo de conspiración y hasta diez años por posesión de un dispositivo destructivo no registrado. La sentencia será determinada por un juez federal.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


