Abraham Jeremías Pérez Ramírez – ACONTECER DOMINICANO #FVDigital

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La mañana de este lunes 8 de septiembre fue encontrado sin vida el capitán de la Secretaría de Marina, Abraham Jeremías Pérez Ramírez, en el recinto portuario de Altamira, Tamaulipas, México. De acuerdo con los primeros reportes oficiales, el mando naval se habría disparado dentro de una camioneta de uso institucional, hecho que mantiene conmocionadas a las fuerzas federales por su presunta relación con la investigación sobre el llamado huachicol fiscal.

El hallazgo ocurrió alrededor de las 9:30 horas, cuando personal del C-5 reportó la presencia de un cuerpo dentro de un vehículo estacionado después de la caseta de vigilancia del puerto, en la calle Río Tamesí. La Fiscalía General de la República (FGR) acudió al lugar para iniciar las diligencias correspondientes, al tratarse de un área federal.

Fuentes oficiales confirmaron que se trataba del capitán Pérez Ramírez, titular de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira, cuyo nombre había aparecido en la carpeta de investigación sobre contrabando de combustibles en Tampico. Aunque no existía una orden de aprehensión en su contra, fue señalado por el exdirector de aduanas de esa ciudad como receptor de un soborno de 100 mil pesos.

La Secretaría de Marina (Semar) lamentó el fallecimiento a través de un comunicado y manifestó su solidaridad con la familia, asegurando que brindará todo el apoyo necesario. “La institución extiende su más sentido pésame y solidaridad a su familia, reiterando que se les brindarán todos los apoyos que por ley correspondan”, difundió en redes sociales.

El deceso ocurre en medio de la ofensiva contra la red de contrabando conocida como Los Primos, señalada de haber distribuido más de 24.5 millones de pesos en sobornos a funcionarios federales. Apenas la semana pasada, la FGR confirmó la detención de 14 personas presuntamente vinculadas a este esquema, considerado uno de los más graves en los últimos años dentro del sector energético.

El caso continúa bajo investigación de la FGR y de la propia Semar, mientras que en el puerto de Altamira se reforzaron las medidas de seguridad. La muerte del capitán abre un nuevo capítulo en torno al llamado *huachicol fiscal*, un entramado de corrupción que sigue bajo la lupa federal.



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