Abogado analiza críticas a contenidos digitales emergentes en el país

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El abogado José L. Martínez Hoepelman expuso que vincular propuestas de entretenimiento con supuestos antivalores implica asumir que la ciudadanía carece de criterio para distinguir entre ficción y conducta real. Así lo expresó al valorar las observaciones surgidas en torno a determinados contenidos digitales que han ganado presencia en la República Dominicana, los cuales han sido objeto de distintos señalamientos públicos.

El jurista sostuvo que esa interpretación reduce al público a una especie de minoría cultural y limita la pluralidad creativa. Señaló que, a su entender, este enfoque desconoce la tradición dominicana, donde múltiples obras inicialmente cuestionadas terminaron integrándose al acervo artístico nacional. Consideró que ese proceso evidencia cómo la creación popular evoluciona con el paso del tiempo.

Martínez Hoepelman recordó que producciones que décadas atrás generaron reservas hoy ocupan espacios destacados dentro del imaginario local. Explicó que este fenómeno refleja la transformación constante de una sociedad diversa, donde las expresiones culturales se adaptan a nuevos escenarios sin perder su vínculo con la identidad colectiva compartida por distintas generaciones.

Al referirse al debate actual sobre el reality La Casa de Alofoke, el abogado señaló que organizaciones como Matrimonio Feliz han manifestado reservas frente al programa. Sin embargo, aclaró que no comparte esa visión y la considera incompatible con principios constitucionales vinculados a la libertad de expresión. Afirmó que tales limitaciones afectarían la amplitud del debate cultural.

El profesional del derecho indicó que las objeciones hacia el contenido del espacio digital podrían, en la práctica, dividir a la población entre grupos con posturas opuestas. Sostuvo que este tipo de separaciones no favorece el clima social dominicano ni contribuye a fortalecer la convivencia cotidiana que caracteriza a distintos sectores sociales en el territorio nacional.

Para ilustrar su planteamiento, destacó que el proyecto audiovisual muestra rasgos propios de la vida nacional, como la espontaneidad, el dinamismo y la mezcla de diversos niveles educativos presentes en espacios compartidos. Añadió que también se observan llamados a la empatía y al respeto mutuo, elementos que, según explicó, forman parte de la interacción social cotidiana.

El abogado subrayó que, si ciertos sectores desean promover modelos alternativos de comunicación, pueden utilizar las mismas plataformas abiertas, entre ellas YouTube, para desarrollar iniciativas acordes con sus criterios de orientación social. Agregó que estas posibilidades permiten que distintos enfoques convivan dentro del entorno digital sin limitar la participación del público.

Asimismo, afirmó que cualquier propuesta dirigida a las audiencias puede coexistir dentro del ecosistema digital, siempre que se mantenga dentro de parámetros institucionales. Señaló que evitar restricciones innecesarias favorece un escenario donde todos los sectores pueden expresar sus ideas sin establecer fronteras que reduzcan los aportes ciudadanos.

Martínez Hoepelman llamó a evitar divisiones internas en un momento que calificó como complejo para la identidad nacional. Mencionó que ciertas situaciones migratorias ejercen presión sobre elementos culturales tradicionales y que, por ello, considera relevante mantener la cohesión dentro del marco de la diversidad que compone al país.

El abogado insistió en que, más que profundizar diferencias entre grupos religiosos, jóvenes urbanos o sectores tradicionales, resulta pertinente reconocer la variedad de historias personales y trayectorias educativas presentes en la sociedad dominicana. Destacó que dicho reconocimiento fortalece el sentido de pertenencia nacional compartido por distintas comunidades.

Sostuvo que este enfoque contribuye a reforzar la solidaridad social, la cual describió como esencial para afrontar los retos actuales sin excluir manifestaciones culturales que formen parte del dinamismo propio de la época. A su juicio, esta visión permite que las expresiones populares se desarrollen en armonía con las instituciones existentes.

Finalmente, Martínez Hoepelman reiteró que todos los dominicanos, sin importar sus preferencias culturales o procedencia social, forman parte de un mismo conjunto social que continúa adaptándose a los cambios. Expresó que los símbolos nacionales y el compromiso con la convivencia pacífica permanecen como puntos comunes dentro de esa evolución permanente.





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