Mahmud Abás, el líder de la Autoridad Palestina, se dirigió este jueves al pleno de la Asamblea General de Naciones Unidas para insistir en la condena de los abusos de Israel contra los palestinos de Gaza y para mantener abierta una solución que … no se ha logrado en casi 80 años y que hoy parece más lejos que nunca: un entendimiento con Israel para una solución de dos estados que vivan en paz.

«Hace ya dos años que la población en la franja de Gaza hace frente a una guerra de genocidio, destrucción, inanición y desplazamiento que perpetran las fuerzas ocupantes de Israel», condenó Abás nada más comenzar su discurso. «Lo que está realizando Israel no se puede caracterizar como una mera agresión, sino que se trata de un crimen de guerra, un crimen de lesa humanidad, lo cual se ha constatado y se ha registrado y que quedará grabado en la conciencia común, así como también en la historia, y se recordará como uno de los capítulos más trágicos del siglo XXI».
Abás, como ya hizo el lunes en la cumbre para la solución de los dos estados auspiciada por Francia y Arabia Saudí, propuso una ruta hacia la paz en la que «Hamás no tendrá un papel que desempeñar en el Gobierno» del Estado de Palestina, y tendrá que «deponer las armas».
El líder palestino tendió la mano a EE.UU. para participar en los acuerdos alcanzados en esa cumbre, que apuntan a una ruta con alto el fuego, liberación de rehenes y prisioneros, entrada de ayuda humanitaria, elaboración de una Constitución y celebración de elecciones con presencia internacional.
No parece que el Gobierno de Donald Trump, sin embargo, esté por la labor. Abás tuvo que comparecer ante la ONU a través de videoconferencia –una excepción rara, se exige que los líderes estén de forma presencial– porque EE.UU. no le concedió visados ni a él ni al resto de la delegación palestina que venía desde Cisjordania. Y el propio Trump, en su discurso del martes, condenó los reconocimientos de Palestina como estado como «recompensa demasiado grande para Hamás».
«Queremos un estado moderno, un estado civil en el que no haya armas ni extremismo», defendió Abás, un escenario en las antípodas de la situación que ha vivido Gaza en la última década, controlada por Hamás. «Ha llegado la hora de que la comunidad internacional haga lo correcto respecto a Palestina».
El líder palestino agradeció los esfuerzos de los países que ya han reconocido a Palestina como estado –más de 140 hasta esta Asamblea General– y la decena de países occidentales, aliados de Israel, que lo han hecho en los últimos días, en el último esfuerzo diplomático por mantener viva la solución de los dos estados. Abás agradeció los esfuerzos de Francia y Arabia Saudí en la organización de esa cumbre y extendió los agradecimientos de forma específica a Reino Unido –al que mencionó en dos ocasiones–, Canadá, Australia, Bélgica, Portugal, Luxemburgo, Malta, Mónaco, San Marino y Andorra. Abás no mencionó a España, que hizo el reconocimiento el año pasado y donde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha hecho de la causa palestina una de sus principales banderas políticas.
Abás condenó los planes del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, de la creación de un ‘Gran Israel’ que cuente con más territorio palestino y alertó sobre la posibilidad de una anexión forzada de Cisjordania. «No importa cuánto sangren nuestras heridas ni cjuánto dure el sufrimiento, no van a quebrantar nuestra voluntad de vivir y de sobrevivir. Palestina nos pertenece, Jerusalén es la joya de nuestros corazones y nuestra capital eterna», defendió. «No vamos a irnos de nuestra tierra. Resurgiremos debajo de los escombros para reconstruir».


