un 40% de mujeres, solo seis repetidores… y un guiño para Meloni

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Nuevos tiempos para la Unión Europea, nuevos nombres para ellos en la Comisión Europea, que no solo aparece renovada para los próximos cinco años, sino también con unas prioridades que parecen claras, a la vista de cómo ha explicado Ursula von der Leyen tantos cambios. “Tenemos que ser líderes”, sostuvo la presidenta del Ejecutivo comunitario para presentar un equipo en el que, dijo, debe primar “la coordinación”. Todos tendrán que hacer casi de todo. Hay tres datos que son una buena foto para el próximo lustro: la Comisión tendrá seis vicepresidentas (cuatro con mujeres), un 40% de presencia femenina y solamente seis nombres, incluida Von der Leyen, repiten de la pasada legislatura.

“Todo esto se da en un contexto de competitividad” y por eso apuesta, dice, por una estructura “con mayor coordinación” y que sea “más flexible” que en legislaturas anteriores. En rueda de prensa, la alemana pide ser “valientes” como UE: “No se trata de mantener lo que existe sino también de abrazar lo nuevo”. Un objetivo, por tanto, debe ser “desarrollar todas las competencias” basándose “en el modelo social” de la UE. “Tenemos que ser líderes”, sostuvo la presidenta. Así, hizo un llamamiento a todos los comisarios: “Tienen que cooperar, tienen que trabajar todos juntos”.

El Ejecutivo comunitario tendrá un total de seis ‘números dos’ y está basado, según Von der Leyen, “en las prioridades” que anunció antes de la pausa veraniega. Además de Teresa Ribera, serán vicepresidentes ejecutivos Kaja Kallas, Stephane Sejourné, Henna Virkkunen, Raffaelle Fitto y Roxana Minzatu. Con todo, Ribera se apunta un triple tanto: es vicepresidente, a cargo de elementos relacionados con la transición ecológica y además se queda con Competencia, buque insignia de la UE ante las grandes tecnológicas.

En el nuevo gabinete de Von der Leyen hay también un guiño a Giorgia Meloni. La primera ministra italiana acabó enfadada el reparto de altos cargos, porque se quedó fuera de los mismos, pero ahora ‘compensa’ ese mosqueo con Raffaelle Fitto como vicepresidente de la Comisión y responsable de las políticas de Cohesión. La alemana aseguró que tiene que dar peso al país porque “no se puede obviar” de la primera línea a un Estado miembro fundador de la UE. “Italia vuelve por fin a ser protagonista en Europa. Buena suerte Raffaele, estamos seguros de que desempeñará muy bien su papel en beneficio de Europa y de Italia”, escribió Meloni en redes sociales.

Quienes repiten de la pasada legislatura se mantienen como figuras potentes ahora. Es el caso de Maros Sefcovic, que estará a cargo de Comercio y Seguridad Económica, pero también se encargará de la Transparencia y de las Relaciones entre instituciones. Vladis Dombrovskis, por su parte, será el comisario de Economía y Productividad, con la novedad de que supervisará también los planes para la reducción de la burocracia. También se mantiene Dubravka Suica, que ahora será la comisaria para el Mediterráneo, otro porfolio de nueva creación y que se antoja decisivo. El neerlandés Wopke Hoekstra será el comisario de Clima y el húngaro Olivier Varhely queda rezagado como nuevo responsable de Salud y Bienestar Animal.

Italia vuelve por fin a ser protagonista en Europa

Italia y precisamente Hungría son los dos gobiernos de derecha radical, y han tenido suerte dispar en el reparto. Si bien Roma puede estar contenta con Fitto en primera fila, Budapest ve como su apuesta se queda con Salud, que ahora se convierte en un porfolio que ‘sobra’ frente a otros mucho más importantes para el futuro de la UE. El lavado de cara en Bruselas es tal que la nueva Comisión está falta de perfiles experimentados, por lo que todos los focos se pondrán sobre Von der Leyen. Aunque ella diga lo contrario, la alemana no contará con la ‘competencia’ interna que antes tenía con Josep Borrell o con Thierry Breton.

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Es importante también la perspectiva geográfica, que se nota por ejemplo en el peso de los Bálticos en la toma de decisiones. Kaja Kallas será la Alta Representante y capitana de la UE en el exterior, recogiendo el testigo de un Borrell que acabó centrando su mirada en Israel y Gaza, algo que no hará la estonia, mucho más enfocada en la ayuda a Ucrania. A ella se suman el lituano Andrius Kubilius al frente de la nueva cartera de Defensa, el polaco Piotr Serafin al mando de Presupuestos -y con la idea cada vez más madurada de emitir más deuda común- y el letón Vladis Dombrovskis, curtido en mil batallas, y que tendrá la tarea de hacer a la UE más ágil.

¿Y por formaciones políticas? Lo ideológico no es lo más relevante en una Comisión que es la “guardiana de los Tratados” y en la que los elegidos tienen que dejar a un lado los colores políticos. No obstante, el PPE es el grupo con más relevancia: además de la propia Von der Leyen, cuenta con 15 miembros del nuevo Ejecutivo comunitario, una traslación del ‘poder’ que tiene en los gobiernos de los Estados miembros. Eso sí, los socialdemócratas ganan impulso por ejemplo con el papel de Ribera o del danés Dan Jorgensen, que será el encargado de Energía y Vivienda. En total, los socialistas cuentan con cuatro porfolios, con cinco para los liberales y dos para la derecha radical.

Más allá de los retos de la UE, la Comisión tendrá que adaptarse a sí misma y a una nueva estructura que debe ser dinámica. Por ejemplo, habrá que ver cómo Ribera y Sejourné combinan la apuesta por las políticas verdes y el impulso a la industria, o cómo se gestiona el papel del Mediterráneo y a la vez una gestión de la migración que seguirá siendo un tema espinoso para la Unión Europea. En la ‘pata’ digital también habrá diferentes escalones, con Virkkunen como cabeza visible y otros porfolios que querrán su trozo de pastel. Así, habrá que ver si la distribución de las Direcciones Generales compensa ese desorden que se ve a priori.

El siguiente paso del proceso pasa por los exámenes de cada comisario (hearings, en inglés) en las comisiones correspondientes a su porfolio en el Parlamento Europeo. No sería raro, en ese punto, que la Eurocámara vetase a alguno de los candidatos: en 2019 tuvieron que cambiarse los nombres de Rumanía y de Francia al no pasar el corte. La nueva Comisión Europea inicia su mandato de manera oficial el próximo 1 de diciembre.

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