Me desperté y vi a Pélicot junto a la ventana

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El horror causado por Domique Pélicot traspasó las fronteras de su casa en Mazan (Aviñón). En la vista de este miércoles en el Tribunal de los Criminal de Vaucluse, en la que se juzga al septuagenario francés por drogar a su esposa para ofrecerla a decenas de violadores, han comenzado a declarar los otros 50 acusados, entre ellos Jean-Pierre M., un camionero de 63 años conocido como Rasmus y que se convirtió en el discípulo principal del conocido como monstruo de Mazan

Mismo ansiolítico y mismo modus operandi. Según recogen este miércoles medios franceses como La Depeche y BFM-RMC, el hombre llegó a drogar y violar a su mujer hasta en doce ocasiones entre 2015 y 2020, diez de ellas acompañado de Pélicot. “Me desperté sobresaltada y vi a un hombre con una lámpara junto a la ventana de mi habitación (Pélicto), también estaba mi marido”, ha declarado ante el juez Cilia, la esposa de 53 años del discípulo, con el que tiene cinco hijos. “No me dio tiempo a levantarme cuando Pélicot ya había salido. Salí corriendo detrás y preguntado a mi marido qué estaba pasando. Me dijo que estaba allí para verme la ropa interior, pero estaba vestida, nada me hacía pensar lo que había pasado”, ha agregado. 

Cilia, que se ha negado a denunciar a su esposo “para proteger a sus hijos”, ha relatado que su matrimonio siempre había sido normal, que tenían “una vida maravillosa” y que no comprende cómo Jean-Pierre M. ha llegado a hacer lo que hizo. “Nos llevábamos bien, es inconcebible que haya hecho esto, era una persona maravillosa… nos ha destruido. Estoy esperando la verdad, que diga por qué cayó en esto. Estamos devastados”, ha aseverado entre lágrimas. 

La mujer, además, ha detallado que aún mantiene cierto aprecio por su esposo pese a lo que ha ocurrido y que solo espera que pueda seguir viendo a sus hijos. “Nunca hubo una alerta de nada, nunca le vi ver nada en internet y teníamos relaciones normales”, ha declarado, a la vez que ha confirmado que jamás se sintió mal por la mañana o con sensación de resaca. “Si no se hubiera topado con la persona equivocada, nunca habría hecho eso. Ha sido débil”, ha concretado ante su esposo, que no paraba de llorar durante la declaración.

Maltrato y abusos

Durante la sesión de este miércoles los investigadores del caso también han detallado el proceder de Jean-Pierre M. y de otros acusados. Todos ellos, además de Cilia, han puesto de manifiesto que muchos de los imputados por las violaciones contra Gisèle Pélicot habían sufrido abusos y maltrato en su infancia. En este sentido, Cilia ha detallado que las hermanas de su esposo habían contado en alguna ocasión que su padre se merecía estar en la cárcel. “Había escuchado que a sus hermanas les habían pasado cosas pero él no quería hablar de eso”, ha apuntado. 

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Según los mencionados medio franceses, otros dos acusados de violar a Gisèle, Cyrille D., de 54 años, y Jacques C., de 72, tienen en común el hecho de haber vivido una infancia marcada por la violencia familiar, antes de una vida adulta presentada por sus seres queridos como “normal”, dedicada al trabajo, a la familia y con una gran vida social. 

Jean-Pierre M, por su parte, ha confirmado ante el magistrado los cargos que se le imputan. “Merezco la cadena perpetua”, ha aseverado. Una de sus hijas, además, declaró que lo que había hecho “es imperdonable” y como su madre pidió respuestas. 

Por su parte, Pélicot, que debía testificar este miércoles, ha vuelto a faltar en el juicio debido a su delicado estado de salud. A primera hora ha acudido a la sala con bastón y sus abogados han solicitado que se aplazara su declaración. El presidente del Tribunal, Roger Arata, ha afirmado que el testimonio del principal acusado no podrá comparecer, “en el mejor de los casos”, hasta el lunes. Durante estos días continuarán las declaraciones de los otros acusados. 

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