Pupitres preparados. Hora de coger papel y boli para la Unión Europea. Empieza un nuevo curso con deberes pendientes y nuevas tareas, y más allá de los tópicos de siempre en Bruselas tienen que tomar nota de lo que tienen por delante a corto, medio y largo plazo. Pero las fuentes comunitarias consultadas por 20minutos avisan de que las cosas tienen que ir “a buen ritmo y con buena letra”, dando a entender que hay ambiciones que la UE no podrá cumplir con mucha celeridad. “La agenda está llenísima y tendrá que tener claras las prioridades”, de acuerdo también con el documento presentado por Ursula von der Leyen en su ‘discurso’ de investidura antes de ser reelegida como presidenta de la Comisión Europea.
La foto completa es la de la integración europea, en general. Pero ese proceso, que es constante y siempre incompleto, está lleno de matices. Sergio Príncipe Hermoso, doctor en Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, explica que el gran problema de la UE “es que es timorata”. Debería creer más “en su propio potencial” para el futuro, pero también abandonar en la medida de lo posible “su hipocresía” en muchos asuntos y tiene que conseguir que “su ciudadanía no quede al margen” de los pasos que se den: es decir, que las medidas concretas que se adopten lleguen a la gente. “No puede ser que el ciudadano sea un ente abstracto desde Bruselas o Estrasburgo”, avisa.
Por lo pronto, hay cuatro claves a tener en cuenta al hablar de la rentrée en Bruselas, para empezar a abrir boca:
Venezuela: claridad, pero también calma
El verano, en general, ha sido tranquilo para la Unión. Ucrania y Gaza sigue en primera línea de importancia y la situación en Venezuela apareció como otra prioridad tras las elecciones del pasado 28 de julio. En este sentido, la posición de la UE es bien clara, marcada por los Estados miembros en el último Consejo de Exteriores: no hay reconocimiento de la victoria de Nicolás Maduro, pero tampoco de la oposición liderada por Edmundo González. Los 27 reclaman la publicación de todas las actas para que el bloque se posiciones, a pesar de los reclamos de uno y otro lado porque abrace sus planteamientos.
El objetivo, aseguraron los titulares de Exteriores, es “mantener la unidad” para reclamar transparencia tras las elecciones, a la vez que el régimen de Maduro ha llamado “desvergonzado” al Alto Representante, Josep Borrell, por no reconocer su victoria. No obstante, desde Bruselas descartan por ahora la aplicación de más sanciones contra el chavismo. “La realidad es que tenemos a 55 personalidades políticas de Venezuela ya sancionadas, entre ella la vicepresidenta, que ahora es ministra, creo, de Petróleos, Delcy Rodríguez, y al que ahora es ministro del Interior, Diosado Cabello”, resumió el jefe de la diplomacia europea, que asume “no gustarle” a Maduro en estos momentos.
La meta a corto plazo pasa ahora, apuntaron fuentes comunitarias, por “intensificar el diálogo con los actores regionales, especialmente con Brasil y Colombia y por hacer todo lo posible por preservar la integridad física y los derechos civiles y políticos de los miembros de la oposición”.
Ucrania sigue siendo una prioridad
La Unión Europea, insisten las fuentes, no se olvida de Ucrania y mantiene en sus planes estructurar mejor tanto la ayuda a Kiev como su ruta como candidato a la adhesión al bloque, aunque repiten que “el proceso acaba de empezar y es muy largo, más si cabe para un país que ahora mismo tiene como prioridad la guerra contra Putin”. Antes del parón estival se acordó iniciar las negociaciones de entrada y el verano ha estado marcado por la incursión de las tropas de Zelenski en la región rusa de Kursk. El conflicto, por tanto, ha pasado a una nueva fase y en la UE lo saben.
Tal es la importancia que le dan al asunto que Von der Leyen contará en su nueva Comisión Europea con una comisaría solamente de Ampliación (hasta ahora el cargo era Ampliación y Vecindad), y se sospecha, aunque sin confirmarse todavía, que ese porfolio tendría rango de vicepresidencia. Además, los fondos europeos también tendrán capítulo aparte en el entrante Ejecutivo comunitario, lo que se toma como un mensaje para “actuar desde lo común”, no solo para los países candidatos, sino también para los propios Estados miembros; otro de los objetivos pasa por replicar fórmulas de inversión conjunta en temas como la Defensa, la reconstrucción ucraniana, la industria o el sector primario.
Nuevo curso, nuevos alumnos, nuevos temas
Precisamente los temas que ocupan las primeras páginas de la agenda de la UE son distintos a los que nos encontramos al inicio de la pasada legislatura. No solo empieza un nuevo curso; arranca un nuevo lustro, con nuevos alumnos y nuevas metas… todas ellas marcadas por un contexto internacional muy inestable. Con todo, el dibujo inicial de la Comisión Europea no es muy amable: no será prioritaria y parece que estará falta de perfiles experimentados en Bruselas y en los pasillos del Berlaymont. Casi todo serán nuevos alumnos en el aula de la jefa Von der Leyen, algo que no parece preocupar demasiado a la alemana.
El esquema actual -que no definitivo- de la nueva Comisión también deja un reparto en función de los partidos políticos, aunque en los Tratados se recoge expresamente que los comisarios representan los intereses de la UE y no los de su país miembro o su formación. No obstante, habría en el nuevo Ejecutivo comunitario 12 del PPE, 4 de los socialdemócratas (S&D), 4 de los liberales, 1 de ECR, 1 de Patriotas y otros 4 sin afiliación política, a falta eso sí del elegido en el caso búlgaro.
Si se completa todo el proceso, repetirían como comisarios, además de Ursula von der Leyen en la presidencia, Dubravka Suica (Croacia), Thierry Breton (Francia), Oliver Várhelyi (Hungía), Vladis Dombrovskis (Letonia), Wopke Hoekstra (Países Bajos) y Maros Sefcovic (Eslovaquia). Solo se mantendrían el 26% de los comisarios. En el caso español, Teresa Ribera es la elegida, y si los primeros rumores se cumplen sobre ella, Breton y Dombrovskis, además de la nueva Alta Representante, Kaja Kallas, recaería el peso del nuevo Ejecutivo, mucho más político y alineado con los intereses de los Estados miembros. También tendrá un papel clave Raffaele Fitto, la apuesta de Meloni para Bruselas.
“Tenemos que hablar de Alemania y Francia”
Y es que en clave nacional también hay dos grandes preocupaciones en la capital comunitaria para esta vuelta de las vacaciones: la situación de bloqueo e inestabilidad en Francia y los recientes grandes resultados de la AfD en los comicios regionales en Alemania. “Está claro que hay que hablar de ello, analizar la situación”, comentan fuentes comunitarias que, eso sí, recalcan que la Comisión “no hace valoraciones electorales”. Y es que la victoria de la ultraderecha en Turingia y su gran resultado también en Sajonia (donde superó el 30% de los votos) ponen en una situación delicada al Gobierno de Olaf Scholz, con la migración como tema clave.
Que Bruselas endurecerá el mensaje sobre este asunto parece algo que se ve venir, sobre todo si cambian de esta forma las dinámicas en una de las partes del motor comunitario. En la otra, en París, todo son dudas; para el país. Emmanuel Macron sigue en busca de un nuevo primer ministro, con una Asamblea Nacional sin mayorías y con un veto que comparten tanto el Frente Popular, ganador de las legislativas, y la ultraderecha de Marine Le Pen. El presidente de la República quiere a alguien “centrista”, pero no encuentra de momento nombres que le ‘sirvan’ a la izquierda para ceder en su reclamo: quieren gobernar porque ganaron las elecciones. Macron ha cogido el camino de en medio… y no le está saliendo bien. Mientras, Bruselas toma nota por si las moscas. “La inestabilidad se contagia”.