¿Cómo ocurre y cómo tratarla?

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La tendinitis es una inflamación dolorosa que afecta a los tendones, tejidos flexibles que conectan músculos y huesos. Es un problema común, especialmente entre quienes realizan movimientos repetitivos o practican deportes regularmente. La causa suele ser la sobrecarga o lesiones que provocan dolor y limitaciones en la movilidad.

¿Qué es la tendinitis?

Cuando pensamos en movernos, rara vez consideramos los tendones. Sin embargo, estas estructuras fibrosas son los héroes olvidados que conectan nuestros músculos con los huesos y permiten el movimiento. Como los cables en un puente colgante, los tendones soportan tensión y flexión, pero cuando se inflaman, aparece la tendinitis, una condición que puede afectar seriamente la movilidad.

La tendinitis es la inflamación de un tendón. Los tendones son tejidos conectivos fibrosos gruesos que actúan como cuerdas elásticas, conectando los músculos a los huesos. Cuando se irritan o inflaman, provocan dolor y sensibilidad, especialmente cerca de las articulaciones. Imagínese tirar de una cuerda que está desgastada: no solo es difícil, sino que además duele. La inflamación del tendón es similar, causando un dolor persistente que suele empeorar con el movimiento.

El sobreuso, movimientos repetitivos o una lesión traumática son los usuales sospechosos detrás de esta afección. La pregunta que queda en el aire es: ¿cómo afecta esto a diferentes partes del cuerpo?

Tipos de tendinitis

No todas las tendinitis son iguales. Según la ubicación y el uso del cuerpo afectado, se identifican varios tipos comunes, cada uno con sus particularidades:

Tendinitis del manguito rotador: afecta a los tendones alrededor del hombro. Este tipo es común en lanzadores de béisbol y nadadores, que requieren movimientos extensivos del brazo.

Tendinitis patelar: también conocida como «rodilla del saltador», afecta el tendón que conecta la rótula con la tibia. Se observa frecuentemente en jugadores de voleibol y baloncesto.

Tendinitis de Aquiles: conocida entre los corredores, esta afecta el tendón que une los músculos de la pantorrilla al talón.

Tendinitis de De Quervain: afecta los tendones de la muñeca, causando dolor al mover el pulgar. Es común en quienes practican trabajos manuales repetitivos o utilizan mucho el pulgar.

Cada uno de estos tipos tiene sus propios desafíos, pero todos comparten el común denominador del dolor y la incomodidad. Entender estos diferentes tipos ayuda a identificar los síntomas y buscar un tratamiento adecuado.

Causas de la tendinitis

La tendinitis es una condición que puede ocasionar mucho dolor e incomodidad. Entender sus causas es esencial para prevenir su aparición y manejar mejor la condición si ya se padece.

Uso excesivo y movimientos repetitivos

El uso excesivo de ciertos músculos y tendones, especialmente al realizar actividades repetitivas, es una de las causas más comunes de la tendinitis. Actividades cotidianas como escribir en el teclado, lanzar una pelota en deportes como el béisbol o incluso tareas domésticas repetitivas pueden llevar a la inflamación. Esta sobrecarga constante puede compararse con el desgaste de una cuerda que, al ser tensada repetidamente, comienza a deshilacharse.

Algunas actividades comunes que pueden contribuir incluyen:

Lesiones y traumatismos

Las lesiones agudas o traumatismos directos a un tendón pueden causar tendinitis. Esto es común en deportes de contacto o en accidentes donde se sufre un golpe contundente. Cuando el tendón sufre estrés físico más allá de su capacidad de resistencia, se inflama y comienza el dolor característico.

Por ejemplo, una caída durante una carrera o un mal movimiento al levantar objetos pesados puede desencadenar esta condición. Las lesiones no solo inflaman los tendones, sino que también pueden debilitarlos, haciendo que la recuperación sea más desafiante.

Factores de riesgo

Varias características personales y del entorno aumentan la probabilidad de desarrollar tendinitis:

Edad: con el tiempo, los tendones pierden elasticidad, volviéndose más susceptibles a la inflamación.

Ocupación: trabajos que implican movimientos repetitivos, como el montaje en fábricas o el uso intensivo de herramientas, son de alto riesgo.

Actividad física: el entrenamiento deportivo sin un adecuado período de descanso puede agravar los tendones.

Al igual que un elástico viejo que se vuelve quebradizo con el tiempo, nuestros tendones también pueden volverse más frágiles y propensos a la inflamación. Conociendo estos factores, se pueden tomar medidas preventivas para proteger nuestra salud tendinosa.

Síntomas de la tendinitis

La tendinitis es una condición común que afecta a personas de distintas edades y niveles de actividad física. Entender sus síntomas es clave para reconocer el problema a tiempo y buscar tratamiento.

Dolor y sensibilidad

El dolor es, sin duda, el síntoma más evidente de la tendinitis. Normalmente, este dolor se experimenta como una molestia sorda en la articulación o zona afectada, intensificándose al moverla. Imagina que cada vez que flexionas el codo, sientes una punzada que te invita a detenerte. Esa es la sensación que experimentan muchas personas con tendinitis. Este dolor no solo ocurre durante el movimiento, sino que también puede aparecer en reposo, haciendo que incluso actividades tan simples como dormir se vean afectadas.

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La sensibilidad en la zona es igualmente destacable. Al presionar el área afectada, se suele percibir molestia. Puede compararse con la sensación de tocar una herida que aún no ha sanado por completo. En ocasiones, esta sensibilidad hace que el simple roce con la ropa genere incomodidad.

Inflamación y limitación del movimiento

La inflamación es otra característica notoria de la tendinitis. Cuando un tendón se inflama, puede notarse una hinchazón visible en la zona afectada. Esta hinchazón se siente caliente al tacto y a menudo se acompaña de enrojecimiento. Es como si la piel estuviera alertando de que algo no va bien debajo de su superficie. La inflamación no solo es un indicador visual, sino que también trae consecuencias prácticas: la limitación del movimiento.

Esta limitación se traduce en dificultad para realizar movimientos que antes se hacían con facilidad. Imagínate intentando girar una llave en la cerradura, pero tu muñeca simplemente no responde como debería, como si estuviera siendo controlada por un resorte que se opone a tus deseos. Esto no solo afecta la calidad de vida al impedir actividades diarias, sino que también puede llevar a una compensación involuntaria que termina afectando otras partes del cuerpo.

Foto Freepik

Tratamiento de la tendinitis

El tratamiento de la tendinitis es crucial para ayudar a los pacientes a recuperarse y volver a sus actividades normales. La tendinitis es una inflamación del tendón que puede causar dolor y limitar el movimiento. Por lo tanto, es importante seguir un enfoque adecuado para tratar esta condición y aliviar los síntomas.

Reposo y modificación de actividades

El reposo es uno de los pilares fundamentales en el tratamiento de la tendinitis. Sin permitir que el tendón afectado se recupere, el dolor puede persistir e incluso empeorar. Es esencial hacer una pausa en las actividades que provocan tensión y dolor, como ejercicio intenso o movimientos repetitivos.

Modificar la rutina diaria también ayuda. Las siguientes son algunas estrategias para facilitar la recuperación:

Evitar movimientos dolorosos: identificar y evitar aquellos movimientos que agravan el dolor.

Utilizar soportes o férulas: estos pueden ayudar a estabilizar la zona afectada y reducir la carga sobre el tendón.

Regresar gradualmente: una vez que el dolor disminuye, es importante reintegrar actividades poco a poco, prestando atención a cómo responde el cuerpo.

Terapias físicas y ejercicios

La fisioterapia juega un papel vital en la recuperación de la tendinitis. Un fisioterapeuta puede diseñar un plan de tratamiento personalizado que incluya ejercicios específicos para fortalecer el tendón y mejorar la flexibilidad. Algunas técnicas utilizadas en fisioterapia son:

Ejercicios de estiramiento: estos ayudan a mejorar la movilidad y reducir la rigidez en la zona afectada.

Fortalecimiento progresivo: a medida que el tendón se recupera, se pueden incluir ejercicios de fortalecimiento para ayudar a prevenir futuras lesiones.

Terapias manuales: masajes y técnicas de movilización pueden ser beneficiosos para reducir la tensión muscular y mejorar la circulación.

Medicamentos antiinflamatorios

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) son frecuentemente utilizados para aliviar el dolor y la inflamación. Estos medicamentos, como el ibuprofeno o el naproxeno, ayudan a reducir la inflamación en el tendón y ofrecen alivio temporal del dolor. Sin embargo, es aconsejable utilizarlos bajo la supervisión de un médico. En algunos casos, se pueden considerar tratamientos tópicos, como cremas o geles antiinflamatorios, que se aplican directamente en la zona afectada.

Intervenciones quirúrgicas

Aunque la mayoría de los casos de tendinitis se tratan con reposo y fisioterapia, puede haber situaciones en las que se considere necesaria una intervención quirúrgica. Esto suele ser el último recurso y se evalúa en los siguientes escenarios:

Falta de mejoría: si el dolor persiste a pesar de seguir tratamientos conservadores durante un período prolongado.

Desgarros significativos: si se detecta un desgarro en el tendón que no puede tratarse con métodos no quirúrgicos.

Complicaciones: si hay formación de tejido cicatricial que impide la correcta movilidad del tendón.

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En esos casos, es fundamental consultar con un especialista que pueda evaluar la situación y ofrecer la mejor opción de tratamiento.

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Dany Levito
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