En el mundo de la nutrición, es común que los alimentos adquieran una mala reputación sin razón justificada. Muchas veces, estos mitos alimentarios se basan en información desactualizada o malinterpretada. Afortunadamente, expertos en nutrición y médicos están desmintiendo estos mitos y revelando los beneficios de algunos alimentos que han sido injustamente criticados.
Los huevos no son el enemigo
Durante mucho tiempo, los huevos han sido demonizados por su contenido de colesterol dietético. Se creía que el colesterol dietético podía contribuir a enfermedades cardíacas. Sin embargo, investigaciones más recientes han demostrado que el colesterol dietético y el colesterol en la sangre afectan la salud del corazón de manera diferente.
El consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, como la carne roja, los alimentos fritos y los lácteos grasos, puede aumentar el tipo de colesterol en la sangre que aumenta el riesgo de problemas cardíacos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Pero el consumo de alimentos con colesterol, como los huevos y los mariscos, tiene poca correlación con el colesterol alto en la sangre o el riesgo de enfermedades cardíacas.
Además de ser una excelente fuente de proteínas, los huevos también contienen vitamina D y colina, un nutriente que desempeña un papel en el metabolismo, la memoria y el control muscular. De hecho, los huevos tienen la aprobación del programa WeightWatchers, que los incluye en su lista de alimentos «ZeroPoint» desde 2017.
Las patatas: no las frías
Las patatas han sido demonizadas debido a las formas poco saludables en las que se preparan. La adición de ingredientes como crema agria, mantequilla y tocino puede aumentar la cantidad de grasas saturadas, que deben limitarse a 13 gramos o menos al día, según la Asociación Americana del Corazón.
Sin embargo, las patatas al horno, hervidas y en pure no se han relacionado con un mayor riesgo de hipertensión arterial en un estudio de 2021. Incluso se ha encontrado que las patatas con piel son ricas en fibra, vitamina C y potasio.
Los nutricionistas recomiendan asar, hornear, machacar o hervir las patatas y condimentarlas con aceite de oliva, sal, pimienta y hierbas para mantener su valor nutricional sin agregar grasas saturadas.
Congelados pero saludables
Existe la creencia común de que las frutas y verduras congeladas son menos saludables que sus contrapartes frescas. Sin embargo, los expertos en nutrición señalan que las frutas y verduras congeladas se recolectan en su punto máximo de densidad de nutrientes y luego se congelan rápidamente. En muchos casos, estas frutas y verduras congeladas retienen un mayor contenido de nutrientes que sus contrapartes frescas, especialmente en lugares con variaciones estacionales y disponibilidad limitada.
Además de retener sus nutrientes, las frutas y verduras congeladas a menudo son más económicas que las frescas y pueden ayudar a prevenir el desperdicio de alimentos. Algunas personas encuentran que sus productos frescos se desperdician antes de que tengan la oportunidad de consumirlos, pero los alimentos congelados tienen una vida útil más larga.
El café: no tan malo como se cree
El café ha sido objeto de críticas debido a su contenido de cafeína, que puede causar nerviosismo o ansiedad en algunas personas cuando se consume en exceso. Sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos afirma que las personas pueden consumir hasta cuatro o cinco tazas de café al día.
Investigaciones muestran que el consumo moderado de café puede contribuir a la disminución del riesgo de cáncer, insuficiencia cardíaca, diabetes tipo 2 e incluso la muerte. El café también se ha asociado con una mejora en la función cognitiva.
Es importante tener en cuenta que el valor nutricional del café puede verse afectado por los ingredientes que se le agregan, como azúcar y crema. Por lo tanto, se recomienda limitar el consumo de café con adiciones poco saludables.
No todos los carbohidratos son iguales
A menudo se asume que los carbohidratos son poco saludables, en parte debido a la popularidad de las dietas bajas en carbohidratos y cetogénicas. Sin embargo, es incorrecto pensar que todos los carbohidratos son iguales.
La calidad de los carbohidratos juega un papel importante en su impacto en la salud. Los granos refinados, como los utilizados para hacer alimentos procesados como pan blanco, galletas y pasteles, carecen de fibra y nutrientes que hacen que los granos enteros sean saludables. Por otro lado, alimentos como la quinoa, el farro y el arroz integral ofrecen proteínas, magnesio, hierro y fibra, lo que ayuda a mantenernos satisfechos.
Incluso el maíz para palomitas de maíz, cuando se prepara en casa con aceite de oliva y especias, puede ser un bocadillo saludable y fibroso. La investigación también muestra que las palomitas de maíz contienen ácidos fenólicos, un tipo de antioxidante.
En lugar de evitar todos los carbohidratos, se recomienda enfocarse en consumir alimentos integrales en lugar de alimentos ultraprocesados con azúcares añadidos.