Recientemente, Xaira Ovando Paredes vivió un momento de alegría y esperanza al celebrar su quinceañera junto a su hermana gemela.
Pero para Xaira, este evento significó mucho más que una fiesta; fue una celebración de la vida misma, gracias a un regalo muy especial: un nuevo corazón.
“Mi hermana me había dicho que había aparecido corazón nuevo, otro corazón, antes del que yo tengo, pero dejó de funcionar el día antes de que me lo iba a poner, después dijeron que iba a perder la pierna, y que si no perdía la pierna, me iba a morir, y gracias a Dios no pasó ninguno de los dos”, dice Ovando.
En agosto de 2023, Xaira recibió un trasplante de corazón, que cambió su destino, en el Hassenfeld Children’s Hospital at NYU Langone, en Manhattan, y que le ofreció una segunda oportunidad para disfrutar de la vida.
“Puedo hacer cosas que ya no podía hacer antes, puedo disfrutar más”, agregó.
Un año después, regresó al lugar donde dice ella, volvió a soñar.
“Muchas gracias a todos, primero a Dios, después a los médicos, y a mi familia que siempre estuvieron conmigo”, explica Ovando.
Desde su nacimiento, Xaira vivió con una enfermedad cardíaca congénita compleja.
“Xaira nació con una cardiopatía congénita muy complicada y llevaba casi 14 años sin recibir tratamiento. Por lo tanto, vino con muchos retos. Además de la cardiopatía congénita, tenía heterotaxia, lo que significa que la mayoría de las estructuras del cuerpo estaban en el lado opuesto”, explica T.K. Susheel Kumar, cirujano cardíaco, de Hassenfeld Children’s Hospital.
Originaria de la República Dominicana, Xaira emigró en 2022 con su familia en busca de una segunda oportunidad para vivir.
“Los doctores me dijeron, disfrútala, que su situación es muy compleja, no llegar a los 6 meses, y Dios me la regaló 14 años, para darle un nuevo corazón, teniendo una complejidad en su corazón”, indica Yesenia Paredes, mamá de Xaira.
Este trasplante representaba su única posibilidad de seguir adelante.
El Rakesh Singh, cardiólogo pediátrico, Hassenfeld Children’s Hospital agrega:
“Me encantan estos momentos, cuando los pacientes vuelven un año después de su trasplante de corazón. Ella es una luchadora, una de las pacientes más fuertes que he atendido en mi carrera. Estuvo muy enferma en una máquina de corazón artificial mientras esperaba su corazón, pero luchó fuerte y ahora está viviendo su vida y disfrutando de todo lo que deberían estar disfrutando”.
Ante la pregunta de la periodista Anny Ruiz Huayamabe sobre qué ha significado para ella poder tener una segunda oportunidad de vida, Xaira responde contenta: “Mucho, yo no sé cómo explicarlo, no sé, muy alegre, muy feliz”.
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