¿Alguna vez te has preguntado qué le sucede a tu cuerpo cuando aguantas la respiración durante mucho tiempo? Es posible que de niños hayas desafiado a tus amigos a ver quién podía contener la respiración por más tiempo, pero lo cierto es que esta forma de apnea voluntaria puede tener algunos efectos en la salud si se lleva al extremo.
Los niveles de oxígeno disminuyen
Uno de los efectos más evidentes al contener la respiración durante mucho tiempo es la disminución de los niveles de oxígeno en nuestro cuerpo. Normalmente, nuestros pulmones se encargan de tomar el oxígeno del aire y distribuirlo a través de la sangre a todos nuestros órganos y tejidos. Sin embargo, cuando aguantamos la respiración, privamos a nuestro cuerpo de este suministro vital de oxígeno.
La falta de oxígeno puede tener impactos significativos en nuestro cerebro y otros órganos. Cuando el cerebro no recibe suficiente oxígeno, puede experimentar hipoxia, lo que puede manifestarse en síntomas como confusión, alteración en la toma de decisiones y pérdida de coordinación. Estos síntomas son una señal de que nuestro cerebro no está recibiendo la cantidad necesaria de oxígeno para funcionar correctamente.
Además de afectar al cerebro, la falta de oxígeno también puede tener consecuencias en otros órganos y tejidos de nuestro cuerpo. Por ejemplo, el corazón puede experimentar dificultades para bombear sangre de manera eficiente, lo que puede llevar a una disminución en la función cardiovascular general.
Riesgo de daño cerebral
Otro efecto importante de contener la respiración durante mucho tiempo es el riesgo de daño cerebral. Un estudio realizado en buceadores reveló que aguantar la respiración durante períodos prolongados se asociaba con niveles más altos de un marcador de daño cerebral. Sin embargo, es importante destacar que estos niveles volvían a la normalidad una vez que los buceadores volvían a respirar de manera regular.
El daño cerebral puede ser grave y tener consecuencias a largo plazo en la salud y el funcionamiento del cerebro. Por lo tanto, es importante evitar aguantar la respiración durante períodos prolongados, especialmente en situaciones en las que no haya supervisión médica adecuada.
Ralentización de la frecuencia cardíaca
Un efecto interesante de contener la respiración durante un tiempo prolongado es la ralentización de la frecuencia cardíaca. Algunos estudios han demostrado que contener la respiración durante unos treinta segundos puede llevar a una disminución en la frecuencia cardíaca.
Esta ralentización de la frecuencia cardíaca puede ser una respuesta natural del cuerpo para conservar energía y oxígeno durante períodos de apnea. Sin embargo, es importante destacar que la ralentización de la frecuencia cardíaca solo es beneficiosa en ciertos contextos y no debe ser llevada al extremo.
Aumento de los niveles de dióxido de carbono
Cuando aguantamos la respiración, los niveles de dióxido de carbono en nuestro cuerpo deberían aumentar. El dióxido de carbono es un subproducto del metabolismo celular y normalmente se elimina a través de la exhalación. Sin embargo, al contener la respiración, este proceso de eliminación se ve interrumpido y los niveles de dióxido de carbono pueden acumularse en nuestro cuerpo.
El aumento de los niveles de dióxido de carbono puede desencadenar una respuesta en nuestro cuerpo que nos hace sentir la necesidad de respirar nuevamente. Es importante destacar que este aumento en los niveles de dióxido de carbono no siempre ocurre bajo el agua, especialmente en buceadores que practican la hiperventilación antes de sumergirse.
La hiperventilación y el ejercicio previo a la inmersión pueden retrasar el aumento de los niveles de dióxido de carbono, lo que puede poner al buceador en riesgo de desmayo antes de que sienta la necesidad de tomar aire.
Aumento de la presión sanguínea
Después de un período prolongado de contener la respiración, la presión arterial puede aumentar como respuesta compensatoria del cuerpo. Cuando nuestra frecuencia cardíaca disminuye durante la apnea, el cuerpo trata de compensar elevando la presión arterial para garantizar un suministro adecuado de sangre a los órganos y tejidos.
Este aumento de la presión arterial ocurre después de aproximadamente tres minutos de contener la respiración, una vez que los niveles de oxígeno en la sangre comienzan a disminuir. Es importante tener en cuenta que el aumento de la presión arterial puede ser perjudicial si se mantiene durante períodos prolongados o si se alcanzan niveles peligrosos.