El expresidente Barack Obama y la exprimera dama Michelle Obama advirtieron el martes que la nación debe apoyar a Kamala Harris en mensajes urgentes dirigidos a la Convención Nacional Demócrata que fueron a la vez esperanzadores y combativos.
“Estados Unidos, la esperanza está volviendo”, declaró la exprimera dama. Luego arremetió contra el republicano Donald Trump, un cambio radical con respecto al discurso de la convención de 2016 en el que le dijo a su partido: “Cuando ellos caen bajo, nosotros nos elevamos”.
“Su visión limitada y estrecha del mundo lo hizo sentir amenazado por la existencia de dos personas trabajadoras, altamente educadas y exitosas que también eran negras”, dijo Obama sobre Trump.
Obama, el expresidente, llamó a Trump “un multimillonario de 78 años que no ha dejado de quejarse de sus problemas desde que bajó por su escalera mecánica dorada hace nueve años”.
“Ha sido un flujo constante de quejas y agravios que en realidad ha empeorado ahora que tiene miedo de perder contra Kamala”, acusó.
Los apasionados mensajes de dos de las mayores estrellas del Partido Demócrata subrayaron la urgencia del momento, mientras Harris trabaja para formar una amplia coalición en su intento de derrotar a Trump este otoño. Para ello, está recurriendo a estrellas como los Obama y otras celebridades, funcionarios de extrema izquierda y centro, e incluso algunos republicanos para impulsar su campaña.
Y si bien el tema de la noche fue “una visión audaz para el futuro de Estados Unidos”, las distintas facciones de la coalición en evolución de Harris demostraron, sobre todo, que están conectadas por un profundo deseo de evitar una segunda presidencia de Trump.
Justo antes de los comentarios de los Obama, Harris se dirigió a unas 15.000 personas en el campo de batalla de Wisconsin, en el estadio donde los republicanos celebraron su convención el mes pasado. Declaró que estaba llevando adelante “una campaña impulsada por la gente”.
“Juntos trazaremos un nuevo camino a seguir”, dijo la vicepresidenta en comentarios que fueron parcialmente transmitidos al DNC. “Un futuro de libertad, oportunidad, optimismo y fe”.
En Chicago, los senadores Chuck Schumer, el líder demócrata del Senado, y Bernie Sanders, el independiente de Vermont amado por los progresistas, elogiaron a Harris. Y en una aparición que tal vez tenía la intención de molestar a Trump, su exsecretaria de prensa Stephanie Grisham, ahora una dura crítica de su exjefe, también subió al escenario de la convención.
Trump “no tiene empatía, ni moral ni fidelidad a la verdad”, dijo Grisham. “Amo a mi país más que a mi partido. Kamala Harris dice la verdad. Respeta al pueblo estadounidense. Y tiene mi voto”.
Sin embargo, no todo fue serio en la segunda noche de la convención de cuatro días.
Una lista simbólica en la que los delegados de cada estado prometieron su apoyo a la candidata demócrata se convirtió en un ambiente de fiesta. Un DJ tocó una mezcla de canciones específicas del estado, y el nativo de Atlanta Lil Jon salió corriendo durante el turno de Georgia con su exitosa canción con DJ Snake, “Turn Down for What”, para el deleite de los miles de personas dentro del cavernoso United Center.
El segundo caballero, Doug Emhoff, que se convertiría en el primer caballero de la nación si su esposa gana la presidencia, compartió detalles personales sobre su relación con Harris: sus hábitos culinarios, su primera cita y su risa, que a menudo es objeto de burlas por parte de los críticos republicanos.
“Ya conocen esa risa. ¡Me encanta esa risa!”, dijo Emhoff mientras la multitud aplaudía. Más tarde, agregó: “Su empatía es su fuerza”.
Trump, mientras tanto, estaba en campaña electoral como parte de su gira de una semana por estados clave durante la convención demócrata. Fue a Howell, Michigan, el martes y se mantuvo al lado de los agentes del sheriff mientras calificaba a Harris de “cabecilla” de un “ataque marxista a las fuerzas del orden” en todo el país.
“Kamala Harris traerá crimen, caos, destrucción y muerte”, dijo Trump en una de las muchas generalizaciones sobre una América bajo Harris.
Harris, mientras tanto, presentó la elección en términos terribles, casi existencialistas. Harris imploró a los estadounidenses que no se volvieran complacientes a la luz de la decisión de la Corte Suprema que otorga una amplia inmunidad presidencial, un poder que, según dijo, Trump abusaría.
También ha aprovechado la oposición de Trump a un derecho al aborto garantizado a nivel nacional.
“Parece que no confían en las mujeres”, dijo sobre Trump y sus aliados republicanos. “Bueno, nosotros confiamos en las mujeres”.
El discurso del vicepresidente evocó algunos de los mismos temas que subyacieron en el caso de reelección de Biden antes de que se retirara, presentando a Trump como una amenaza para la democracia. Harris argumentó que Trump amenaza los valores y las libertades que los estadounidenses aprecian.
Trump dijo que sería un dictador solo en su primer día en el cargo, algo que luego dijo que era una broma, y ha prometido como presidente ejercer un mayor control sobre los procesos federales, un área del gobierno que tradicionalmente se ha dejado en manos del Departamento de Justicia.
Alguien con ese historial “nunca más debería tener la oportunidad de estar detrás del sello del presidente de los Estados Unidos”, dijo Harris. “Nunca más”.
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