El acto de juramentación en el Teatro Nacional, con representantes de 87 países y 21 organismos y algunos hechos marcaron el inicio del nuevo ciclo constitucional
Con muchas luces, cámaras y acción transcurrió ayer la segunda toma de posesión como presidente de la República de Luis Abinader, que se convirtió en una de las ceremonias más concurridas de la historia y con acontecimientos que imprimen hechos que quedarán plasmados en el tiempo.
El acto de juramentación, por segunda ocasión, de Abinader como presidente y Raquel Peña como vicepresidenta de la República, fue un acto que se concentró en unas dos horas, pero antes, durante y después de ello, ocurrieron una serie de hechos que dieron tonos sonantes y altisonantes a la ceremonia con la que se abrió el nuevo ciclo constitucional del Poder Ejecutivo.
Este juramento, ante la Asamblea Nacional, contará en la historia la presencia de 18 de jefes de Estado, de Gobierno, y vicepresidentes, que junto a otras delegaciones oficiales, conformaron una representación de 87 naciones y 21 organismos internacionales, sin contar las figuras políticas, diplomáticas, del arte y el espectáculo.
De entrada, como acción a destacar, es que el escenario fue diferente. La toma de posesión tuvo lugar en el salón Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, en donde se tuvo que reunir la Asamblea Nacional, que fue sacada del Congreso Nacional, que ha sido el escenario histórico de esta ceremonia.
Otro punto que destacó y marcó esta investidura solemne es que inició más tarde de lo común, debido a la llegada con retraso del mandatario, la cual no fue explicada. Históricamente, el acto de juramentación se ha hecho entre 9:00 y 10:00 de la mañana, pero esta vez inició a las 11:39 de la mañana, ya que Abinader arribó al Teatro a las 11:13 de la mañana y la hora pautada para su llegada era las 10:30 de la mañana.
El cambio de escenario provocó, evidentemente, un cambio brusco en la logística para todos, incluso hasta en los accesos de entrada para cada delegación o invitado. Habían tres: una para legisladores, otra para invitados especiales y una última para el presidente y vicepresidenta de la República y los jefes de Estado y de Gobierno de otras naciones.
A ello se agrega que la mayoría de los 222 senadores y diputados tuvieron que trasladarse desde el Congreso Nacional hacia el Teatro Nacional en al menos seis autobuses de compañías de transporte distintas.
Mientras que, las largas filas de vehículos que habían para entrar al Teatro obligaron a que funcionarios y figuras se desmontaron y llegaran hasta el lugar caminando. Tal fue el caso del canciller Roberto Álvarez, quien se desmotó antes de la puerta principal y caminó para evitar los tapones. Entre las tantas cosas que sorprendieron ayer fue el hecho de que el Rey de España, Felipe VI rompiera con el protocolo de vestimenta que era de traje blanco y zapatos negros. Su majestad llegó con un traje gris que destacaba entre todos los presentes.
Abinader fue juramentado a las 11:59 de la mañana por el presidente del Senado de la República, Ricardo de los Santos, quien a su vez le impuso la banda presidencial. Entre los nervios y la emoción del momento, De los Santos por error iba a colocar la banda presidencial al revés al jefe de Estado, quien le ayudó junto a la vicepresidenta Raquel Peña a ponérsela de manera correcta. Tras este paso, la vicepresidencia Raquel Peña fue juramentada a las 12:01 del mediodía.
El discurso de Abinader, de 50 minutos, inició a las 12:02 y concluyó a las 12:52. Tuvo dos momentos efusivos, que fueron parte de las luces. El primero, fue cuando el mandatario se refirió a la situación de Venezuela y exigió transparencia al proceso electoral del pasado 28 de julio en el país suramericano. Eso concitó el apoyo de todo el salón y de pies, todos los presentes, se unieron en fuertes aplausos por varios segundos. El segundo momento fue al final de la alocución durante una reflexión que hiciera el gobernante sobre el futuro del país y del desarrollo de proyectos turísticos en varias regiones del país Esto marcó el cierre de su intervención.
Los grupos que apoyan y reclaman en ceremonias
Algo que casi nunca se queda en fechas importantes como estas son los grupos de personas que se reúnen en las afueras de estos eventos con pancartas y carteles en manos expresando apoyo a los proyectos y gestiones de gobierno. Esta vez no fue diferente la gente se concentró en los alrededores del Teatro para dar un espaldarazo a la nueva gestión de Abinader. También estuvieron aquellos que reclaman, como fue el caso del diputado de San Pedro de Macorís, Alcibíades Tavárez, del partido Fuerza del Pueblo, quien acudió a la toma de posesión con un lazo negro atado en su brazo izquierdo en rechazo y protesta a la modificación al proyecto de reforma a la Constitución.