El padre de Ana Josefa García Cuello, la mujer acusada de causar la muerte de su hija de seis años en su hogar en el sector Hainamosa, Santo Domingo Este, ha compartido su dolor y asombro tras la tragedia que ha conmocionado a la comunidad. José García, en medio de una profunda tristeza, relató los últimos momentos previos al crimen, destacando su incredulidad ante lo sucedido.
El fatídico suceso ocurrió en el apartamento donde vivían la niña, su madre, su padre y su hermano. Según José García, la mañana del crimen recibió una llamada de su hija pidiéndole que fuera a su casa. Al llegar, se encontró con la presencia de la policía en la escena del horror.
José afirmó no tener conocimiento de que su hija padeciera problemas de salud mental, subrayando que todo parecía estar en orden desde su regreso del extranjero el lunes anterior. Ana Josefa había estado cuidando a un hermano enfermo y, tras su retorno, había pasado tiempo con sus hijos, incluso asistiendo a la iglesia la noche anterior al incidente.
“Después que regresó ella llegó, ella llegó el lunes, después ella estuvo con sus niños, anoche estuvo en la iglesia, porque ella es cristiana evangélica, estuvo hasta las 6:30 de la tarde en la iglesia y na´no sabemos qué fue lo que pasó”, declaró José García, reflejando su desconcierto ante el brutal acontecimiento.
Profundamente afectado, el padre de Ana Josefa pidió a las autoridades una investigación exhaustiva que permita esclarecer los hechos y entender cómo pudo ocurrir una tragedia de tal magnitud. “Todo el tiempo ella ha estado entregada a sus hijos y esa niña era el amor de uno. Eso da pena”, expresó con lágrimas en los ojos.
Ana Josefa García Cuello fue trasladada la tarde del jueves a la “carcelita” del distrito municipal San Luis, tras haber sido detenida en el destacamento Felicidad de Los Mina. Las indagatorias preliminares de la Policía Nacional no han revelado evidencia alguna de que otra persona haya entrado o salido del apartamento, según las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del lugar.
La familia y la comunidad continúan sumidas en la consternación y el dolor, esperando respuestas que les permitan comprender cómo una madre pudo ser vinculada a un acto tan devastador.
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