Critican la parodia ‘drag’ de la Última Cena en la apertura de los JJ.OO.

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Va a ser la mejor ceremonia de inauguración de la historia». Esas eran las palabras que más se escuchaban en París en los últimos días. El hecho de que la gala fuese en el río Sena y no en un estadio olímpico, como es habitual, hacía que la arriesgada propuesta francesa ilusionara a todos los aficionados a los Juegos Olímpicos, acostumbrados a un acto de apertura que termina resultando repetitivo.

La primera parte de la ceremonia de inauguración resultó algo decepcionante porque se esperaba que las embarcaciones lucieran mejor de lo que lo hicieron, pero aun así fue novedoso. Quedó peor en la realidad que en los carteles de presentación que se habían hecho, pero nada criticable. El día no acompañaba con tanta lluvia y era lógico que no tuviese tanto colorido como se imaginaba. «Cuando lo pides por Aliexpress vs cuando te llega», fue la crítica más repetida en X sobre este asunto.

La polémica llegó en la segunda parte. Después de un repaso por la historia de Francia, interpretada evidentemente desde su punto de vista, lo que no es criticable, llegaron las actuaciones que desataron las críticas. Lo que se supone que iba a ser una ceremonia representando los valores olímpicos, se convirtió en un especie de Eurovisión, con personajes peculiares y algunas ofensas a la cultura cristiana.Unas drag queen hicieron una representación de La última cena durante su actuación. Una escenificación perfectamente evitable y que no tiene ningún sentido en esta cita olímpica. De hecho, las redes en seguida se llenaron de críticas por «intentar» ridiculizar el cristianismo, algo «que no se atreven con otras religiones».

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Las faltas de respeto y meteduras de pata no quedaron ahí y en el izado de la bandera olímpica, pusieron la bandera al revés, lo que rápidamente se viralizó en X y la mayoría de usuarios llegaron a la misma conclusión: «En efecto, la han izado al revés. Buen resumen del bochornoso bodrio que hemos visto».

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Estas han sido algunas de las cosas más comentadas en redes sociales y queda claro que la ceremonia ha defraudado. Se esperaba una puesta en escena épica y ha terminado siendo una caricaturización grosera a parte de la sociedad europea además de una gala muy mejorable en cuando al show y que se ha terminado haciendo densa. «El wokismo decadente» es la frase de un usuario para definir lo ocurrido en la ceremonia de París y que mejor resume lo que se ha vivido.