Prueba de densidad ósea, ¿Qué personas deben hacérsela?

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La prueba de densidad ósea es esencial para evaluar la fortaleza de los huesos y prevenir enfermedades como la osteoporosis. Aunque puede sonar complicado, el procedimiento es rápido y no duele. Principalmente, se recomienda para mujeres mayores de 65 años debido al riesgo elevado de fracturas, pero también es crucial para personas más jóvenes con factores de riesgo como antecedentes familiares de osteoporosis, uso prolongado de corticosteroides o estilos de vida sedentarios.

Conocer quién debe hacerse esta prueba puede marcar una gran diferencia en la detección temprana y el tratamiento efectivo de problemas óseos.

¿Qué es la prueba de densidad ósea?

La prueba de densidad ósea es un examen médico que mide la cantidad de minerales, como el calcio, en los huesos. Este examen es clave para diagnosticar la osteoporosis y evaluar el riesgo de fracturas. Pero, ¿cómo se lleva a cabo esta prueba y cuáles son los métodos más comunes?

Métodos de la prueba

Existen varios métodos para medir la densidad ósea, pero uno de los más conocidos y precisos es la absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA). Aquí se detalla este método y otros adicionales:

Absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA)

Absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA): es el método de referencia para medir la densidad ósea. Utiliza dos haces de rayos X a diferentes energías para estimar la densidad mineral ósea. Es rápida, no invasiva y precisa.

Otros métodos

Tomografía Computarizada Cuantitativa (QCT): utiliza tecnología de tomografía computarizada para medir la densidad ósea en la columna vertebral y otras áreas.

Ultrasonido: aunque no es tan preciso como DEXA, se usa a veces para evaluar el riesgo de fracturas, especialmente en el talón.

Radiografías convencionales: pueden detectar pérdida ósea severa, pero no son tan sensibles como los métodos mencionados.

Cada método tiene sus ventajas y desventajas según el caso específico del paciente. La elección del método más adecuado debe ser orientada por un médico especialista. La precisión y la rapidez de la prueba DEXA la convierten en la más popular y recomendada en la mayoría de los casos.

Personas que deben hacerse la prueba

La prueba de densidad ósea es una herramienta esencial para evaluar la salud de los huesos y detectar condiciones como la osteoporosis. Esta prueba es crucial para ciertos grupos de personas que están en mayor riesgo de pérdida ósea y fracturas.

Mujeres mayores de 65 años

Las mujeres mayores de 65 años son uno de los grupos más indicados para realizarse la prueba de densidad ósea. ¿Por qué? Porque a partir de la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen significativamente, lo que puede acelerar la pérdida de masa ósea. La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que muchas veces no se detecta hasta que ocurre una fractura. Las fracturas más comunes en este grupo son las de cadera, columna y muñeca.

Los riesgos asociados con la osteoporosis no son solo físicos; también pueden impactar gravemente la calidad de vida. Las caídas pueden llevar a hospitalizaciones prolongadas y pérdida de movilidad. Por eso, la detección temprana es vital.

Hombres con factores de riesgo

Aunque la osteoporosis se asocia más comúnmente con las mujeres, los hombres también están en riesgo, especialmente aquellos con ciertos factores de riesgo. Estos incluyen:

Antecedentes familiares: si hay un historial de osteoporosis en la familia, el riesgo aumenta.

Condiciones médicas: enfermedades crónicas como la artritis reumatoide o hipogonadismo pueden debilitar los huesos.

Estilo de vida: factores como el consumo excesivo de alcohol, fumar y una dieta baja en calcio también pueden contribuir.

Personas con fracturas previas

Independientemente de la edad, cualquier persona que haya sufrido una fractura debería considerar hacerse una prueba de densidad ósea. Las fracturas pueden indicar la presencia de osteoporosis, incluso si no hay otros síntomas visibles. Este grupo incluye:

Adultos jóvenes: una fractura a una edad temprana puede ser una señal de que algo no está bien con la densidad ósea.

Te podría interesar:

Deportistas: aquellos que han sufrido fracturas por estrés o lesiones deportivas repetitivas.

Personas mayores: una fractura en una persona mayor puede ser un indicativo de huesos frágiles y del riesgo de futuras fracturas.

Foto Freepik

Factores de riesgo que indican la necesidad de la prueba

La prueba de densidad ósea es vital para detectar la osteoporosis antes de que ocurra una fractura y para estimar el riesgo de desarrollar osteoporosis en el futuro. Este examen es especialmente importante si tienes ciertos factores de riesgo que pueden afectar la salud de tus huesos. Estos factores incluyen condiciones médicas específicas y estilos de vida que pueden debilitar los huesos con el tiempo.

Condiciones médicas asociadas

Algunas enfermedades pueden afectar la salud ósea y aumentar la necesidad de realizarse una prueba de densidad ósea. Entre ellas se incluyen:

Osteoporosis: esta enfermedad causa huesos frágiles y propensos a fracturas. Personas con antecedentes familiares de osteoporosis también están en riesgo.

Artritis reumatoide: esta es una enfermedad inflamatoria crónica que no solo afecta las articulaciones, sino también la masa ósea.

Enfermedades tiroideas: un exceso de hormona tiroidea puede acelerar la pérdida ósea.

Diabetes tipo 1 y tipo 2: ambas formas de diabetes pueden afectar la resistencia de los huesos.

Trastornos gastrointestinales: enfermedades como la enfermedad celíaca o la enfermedad inflamatoria intestinal pueden reducir la absorción de calcio y otros nutrientes esenciales.

Cáncer: algunos tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia y la terapia hormonal, pueden debilitar los huesos.

Hábitos de vida

Algunos estilos de vida y hábitos pueden aumentar el riesgo de pérdida ósea:

Sedentarismo: la falta de actividad física debilita los huesos. El ejercicio regular, especialmente el que tiene peso en los huesos como caminar o levantar pesas, es esencial para mantener huesos fuertes.

Consumo de tabaco y alcohol: fumar y consumir alcohol en exceso pueden disminuir la densidad ósea.

Deficiencia de calcio y vitamina, D: una dieta baja en estos nutrientes esenciales puede dañar la salud de los huesos. Considera consumir alimentos ricos en calcio y exponerse al sol para obtener vitamina D.

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Uso prolongado de ciertos medicamentos: medicamentos como los corticosteroides pueden causar pérdida ósea si se usan durante largos periodos.

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Dany Levito
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