Muchos de los nombres en la marquesina política demócrata comenzaron a alinearse detrás de la vicepresidenta Kamala Harris rápidamente el domingo, pero una presencia imponente del partido se contuvo: Barack Obama.
El ex presidente aún no ha apoyado a Harris; de hecho, no la mencionó ni una sola vez en un afectuoso –aunque breve– homenaje al presidente Biden que publicó en Medium poco después de que este decidiera retirarse el domingo.
“Joe Biden ha sido uno de los presidentes más importantes de Estados Unidos, así como un querido amigo y compañero mío”, escribió Obama, quien eligió a Biden como su compañero de fórmula en 2008 porque, según dijo entonces, quería a alguien de más edad y experiencia, con “canas en la cabeza” y ambiciones presidenciales limitadas en el futuro.
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“Vamos a navegar por aguas desconocidas en los próximos días”, dijo Obama. “Pero tengo una confianza extraordinaria en que los líderes de nuestro partido serán capaces de crear un proceso del que surja un candidato sobresaliente”.
Biden saluda a Obama durante un acto mientras la vicepresidenta Kamala Harris reacciona en la Casa Blanca el 5 de abril de 2022 (REUTERS/Leah Millis)
Los republicanos lo interpretaron como un desaire. Pero personas cercanas a Obama, que se ha posicionado como un estadista imparcial que se sitúa por encima de las maquinaciones dentro del partido, dijeron que no había que darle demasiada importancia, y que no tenía en mente ningún candidato alternativo cuando tomó la decisión de no respaldar de inmediato a Harris.
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Obama adoptó una postura idéntica hace cuatro años, cuando los asesores de Biden le presionaron para que apoyara a la candidata antes de que el senador Bernie Sanders se retiró de las primarias demócratas. (La frase favorita de Obama en aquel entonces fue “No quiero inclinar la balanza”). Apoyar demasiado pronto ahora también sería un error político, pues alimentaría las críticas de que la nominación de Harris, en caso de producirse, habría sido una designación a dedo en lugar del mejor consenso posible en circunstancias apuradas, dijeron.
En cambio, Obama considera que su papel es ayudar “unir al partido” rápidamente “una vez que tengamos un candidato”, dijo una persona familiarizada con su razonamiento.
Pero hay consideraciones más personales que exacerban la cautela innata de Obama.
Biden es un hombre muy orgulloso y nunca ha perdonado del todo a Obama por haber apoyado discretamente a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton en la campaña de 2016. Biden aún cree que podría haber derrotado al ex presidente Donald Trump ese año si hubiera tenido la oportunidad. Biden tampoco se alegró cuando Obama le dijo que también debería plantearse retirarse en 2020, según personas de su círculo.
Obama deseaba que el domingo la atención se concentrara sobre Biden, que fuera una celebración de sus logros, y no se siente presionado para actuar precipitadamente, según un ex funcionario de la Casa Blanca que habla con el ex presidente con regularidad.
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