Donald Trump parecía ser el objetivo de un intento de asesinato mientras hablaba durante un mitin en Pensilvania el sábado, dijeron las autoridades. El expresidente, con la oreja cubierta de sangre, fue rápidamente retirado por agentes del Servicio Secreto y su campaña dijo que estaba “bien”.
El ataque, perpetrado por un tirador que, según las autoridades luego murió por disparos del Servicio Secreto, fue el primer intento de asesinar a un presidente o candidato presidencial desde que Ronald Reagan recibió un disparo en 1981. Se produce en medio de una atmósfera política profundamente polarizada, apenas cuatro meses. de las elecciones presidenciales y días antes de que Trump sea nombrado oficialmente candidato republicano enla convención de su partido.
Un fiscal local dijo que el presunto pistolero y al menos un asistente están muertos.
“El presidente Trump agradece a las fuerzas del orden y a los socorristas por su rápida acción durante este acto atroz”, dijo el portavoz Steven Cheung en un comunicado. “Está bien y está siendo examinado en un centro médico local”.
El Servicio Secreto dijo en un comunicado que “el expresidente está a salvo”.
Los funcionarios dijeron que el tirador murió a manos del equipo de contraataque del Servicio Secreto. El equipo táctico fuertemente armado viaja a todas partes con el presidente y los principales candidatos y está destinado a enfrentar cualquier amenaza activa mientras otros agentes se concentran en salvaguardar y evacuar a la persona en el centro de protección.
Aún no está claro si Trump fue alcanzado por disparos o resultó herido cuando los agentes lo derribaron al suelo.
El fiscal de distrito del condado de Butler, Richard Goldinger, dijo en una entrevista telefónica que el presunto pistolero estaba muerto y que al menos un asistente a la manifestación murió.
El momento de los disparos
Trump estaba mostrando un gráfico de los números de cruces fronterizos durante su último mitin antes de que comience la Convención Nacional Republicana el lunes cuando comenzaron los aparentes disparos.
Pasaron dos minutos desde el momento del primer disparo para que Trump fuera colocado en una camioneta que esperaba.
Mientras Trump hablaba, se escuchó un estallido y el expresidente se llevó la mano derecha a la oreja derecha, mientras la gente en las gradas detrás de él parecía sorprendida.
Cuando sonó la primera detonación, Trump dijo: “Oh”, y se agarró la oreja cuando se escucharon dos detonaciones más y se agachó. Entonces se escuchan más disparos.
Se podía escuchar a alguien decir cerca del micrófono en el atril de Trump: “¡Agáchate, agáchate, agáchate, agáchate!”. mientras los agentes abordaban al expresidente. Se amontonaron encima de él para protegerlo con sus cuerpos, como es su protocolo de entrenamiento, mientras otros agentes tomaban posiciones en el escenario para buscar la amenaza.
Se escucharon gritos entre la multitud de varios miles de personas. Se escucha a una mujer gritar más fuerte que el resto. Después, se escucharon voces que decían “tirador caído” varias veces, antes de que alguien preguntara “¿estamos listos para movernos?”. y “¿lo tenemos despejado?” Entonces, alguien ordenó: “Movámonos”.
En el video se puede escuchar a Trump decir al menos dos veces: “Déjeme buscar mis zapatos, déjeme buscar mis zapatos”, y se escuchó otra voz que decía: “Lo tengo, señor”.
Trump se puso de pie momentos después y se le pudo ver extendiendo su mano derecha hacia su cara. Parecía haber sangre en su rostro. Luego levantó el puño en el aire y pareció pronunciar la palabra “lucha” dos veces ante su multitud de seguidores, lo que provocó fuertes aplausos y luego cánticos.
La caravana de Trump abandonó el lugar momentos después. El video mostró a Trump volviéndose hacia la multitud y levantando un puño justo antes de que lo subieran a un vehículo.
La policía comenzó a desalojar el recinto ferial poco después de que Trump abandonara el escenario en lo que los agentes locales describieron como la escena de un crimen.
La violencia política vuelve a sacudir a Estados Unidos
Los peligros de hacer campaña adquirieron una nueva urgencia después del asesinato de Robert F. Kennedy en California en 1968, y nuevamente en 1972, cuando Arthur Bremer disparó y gravemente a George Wallace, quien se postulaba como independiente en una plataforma de campaña que a veces ha sido comparada al de Trump. Eso llevó a una mayor protección de los candidatos, incluso cuando las amenazas persistían, en particular contra Jesse Jackson en 1988 y Barack Obama en 2008.
Los presidentes, particularmente después del asesinato de John F. Kennedy en 1963, tienen niveles de seguridad aún mayores.
El presidente Joe Biden fue informado sobre el incidente, dijo la Casa Blanca.
A través de X, el presidente Biden expresó su solidaridad y dijo estar contento de saber que Trump estaba bien
I have been briefed on the shooting at Donald Trump’s rally in Pennsylvania.
I’m grateful to hear that he’s safe and doing well. I’m praying for him and his family and for all those who were at the rally, as we await further information.
Jill and I are grateful to the Secret…
— President Biden (@POTUS) July 13, 2024
Después del tiroteo en el mitin de Trump, la campaña de Biden suspendió todos los mensajes a sus seguidores y está trabajando para retirar todos sus anuncios de televisión lo más rápido posible, dijo la campaña.
El hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr., publicó una foto en X de Trump, con el puño en alto y el rostro ensangrentado frente a una bandera estadounidense, con las palabras: “Nunca dejará de luchar para salvar a Estados Unidos”.
El gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, el senador de Florida Marco Rubio y el senador de Ohio JD Vance, los tres hombres en la lista corta de Trump para vicepresidente, rápidamente enviaron declaraciones expresando preocupación por el expresidente, y Rubio compartió una imagen tomada mientras Trump estaba escoltado fuera del escenario con el puño en alto y un hilo de sangre en el rostro junto con las palabras “Dios protegió al presidente Trump”.
El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, un demócrata, dijo en un comunicado en X que había sido informado sobre la situación y que la policía estatal de Pensilvania estaba presente en el lugar de la manifestación.
“La violencia dirigida contra cualquier partido político o líder político es absolutamente inaceptable. No tiene cabida en Pensilvania ni en Estados Unidos”, dijo.
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