Montevideo, 31 may (EFE).- Desacoplar el crecimiento económico de las emisiones de gases de efecto invernadero es una de las misiones que debe afrontar un mundo que ha vivido «a espaldas de esa realidad» y que tiene en la sostenibilidad «un reto y una oportunidad para las economías».
Así lo indica a EFE el responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech, quien resalta que en los últimos siglos el crecimiento económico no ha interiorizado esa externalidad negativa sobre el planeta.
«Hemos vivido a espaldas de esa realidad y ahora tenemos que conseguir desacoplar el crecimiento económico de las emisiones», subraya durante una entrevista en el marco del ‘II Foro de Sostenibilidad. Desafíos Uruguay 2030’, organizado por BBVA en el país suramericano.
Allí remarca también la importancia de frenar dichas emisiones para estabilizar la concentración de gases de efecto invernadero en la Tierra y evitar que la crisis climática prosiga.
Retos y Oportunidades
El responsable de Análisis Económico de BBVA Research apunta que en este momento el principal reto es separar lo que es el crecimiento económico de las emisiones.
«Lo que es inaceptable desde el punto de vista social es que para descarbonizar las economías tengamos que renunciar al crecimiento, que tengamos que renunciar a la mejora del bienestar social, a la mejora de nuestros niveles de vida», enfatiza.
«Ese es el principal reto que tenemos: cómo podemos ir creciendo y, al mismo tiempo, ir reduciendo esas emisiones de gases de efecto invernadero. Afortunadamente, es algo que ya en las últimas décadas muchos países han empezado a hacer y lo único que tenemos que hacer es perseverar por ese camino», añade.
Más allá de esto, Doménech aclara que las políticas que se han emprendido «siguen siendo todavía ineficientes».
«Sabemos que vamos en la dirección adecuada, pero no con la intensidad que necesitamos.
A este ritmo, con las políticas que los países tienen comprometidas, parece altamente improbable que se pueda alcanzar los objetivos de la Cumbre de París», subraya.
Por otra parte, al hablar de las oportunidades que esto genera, remarca que son las que los economistas denominan como el doble dividendo.
«Si hacemos bien estas políticas conseguiremos crecer, conseguiremos que nuestra economía vaya hacia una estructura productiva de más valor añadido y al mismo tiempo sea sostenible y, por lo tanto, tengamos un crecimiento sostenible. Este es el doble dividendo: cómo conseguimos preservar el medioambiente y, al mismo tiempo, cómo conseguimos seguir creciendo a un ritmo aceptable para esa mejora del bienestar social», concluye.
El ADN de Uruguay
En la misma línea, el presidente ejecutivo del BBVA Uruguay, Alberto Charro, también remarca a EFE que el mundo está avanzando hacia la sostenibilidad y asegura que el país suramericano la tiene en su ADN por una serie de comportamientos y de formas de regulación que ha ido incorporando a lo largo del tiempo.
En concordancia con esto, indica -por ejemplo- que en el mundo se habla de la sostenibilidad de la energía eléctrica y en Uruguay la matriz energética es un 98 % renovable.
Charro asegura también que BBVA tiene «un ADN muy similar al de Uruguay» en cuanto a su compromiso con la sostenibilidad y agrega que este incluye movilizar a 2025 300.000 millones de euros (325.341 millones de dólares al cambio de hoy) en financiación sostenible.
«Y estamos ya en más de 200.000 millones. Y eso también tiene su reflejo en Uruguay, donde todo nuestro hacer y todo nuestro trabajo es el de acompañar a los clientes en esa transición que, como decíamos durante el foro, lo necesitan para poder posicionarse en esos nichos de mercado sostenible», remarca.
Recuerda también que Uruguay emitió «el primer bono sostenible con premio por sobre cumplimiento de los objetivos climáticos con los objetivos de sostenibilidad», lo que definió como «un hito a nivel mundial», del que el país debe sentirse orgulloso.
«En BBVA estamos también accionando esos temas. Emitimos hace ya algún tiempo el primer y único bono sostenible de la industria financiera uruguaya. Y lo hicimos para obligarnos a transformarnos en nuestros procesos», relata Charro.
Por ello, subraya que se sienten «muy cómodos» en el país, donde tienen como uno de sus objetivos acompañar y ayudar a los uruguayos en ese proceso de transformación para que en el futuro «puedan seguir teniendo éxito en los mercados internacionales». EFE